Paul Weller y su banda en La Riviera haciendo soul contemporáneo y elegante

Demasiado joven para apuntarme al carro de The Jam y poco sofisticado para pertenecer al Style Council. Aún así todavía tengo algún CD de la etapa con Mick Talbot aunque cuando me enganché de verdad, a la tercera va la vencida, fue al Paul Weller que se lanzó a cantar en solitario creando un sonido diferente aunque manteniéndose fiel al soul contemporáneo y elegante.

Paul Weller, que nació el 25 de mayo de 1958, sigue desatado en un proceso creativo después de haber cumplido más de 60 años. Todavía conserva la rabia, la fuerza, las ganas y ofrece directos sin descanso dándolo todo con canciones propias y ajenas. Su sonido es perfecto y formar parte de su banda tiene que ser un placer y una responsabilidad enorme.

Paul Weller llegó a la fama con ‘The Jam’ una banda en la que triunfaba la adolescencia, la violencia y la rebeldía ante lo que les rodeaba. Es de finales de los setenta y todavía era demasiado joven para ser tan alternativo. Sí me enganché con el estilo elegante, negro y soul que utilizaba con ‘The Style Council’ hasta finales de los ochenta. Todavía conservaba mucha rabia y sus canciones tenían temática muy política. Cuando terminó esta etapa desapareció por un tiempo.

A principios de los noventa volvió, ahora ya en solitario. Tengo una teoría y es que se retiró a construir qué sonidos quería conseguir y producir para sus próximos veinte años. Y desde ese momento no ha parado de publicar discos y de dejar una base muy sólida sobre la que han desarrollado también sus estilos otros músicos británicos.

Y desde entonces casi publica un disco al año. Es el padrino del movimiento mod, creador del estilo power pop y un caballero inglés. Es un icono de la moda y no tengo dudas de que algún día le harán Sir aunque tiene un pasado de clase obrera al estilo de lo que mostraba Billy Elliot. Una de las canciones más conocidas de esta película es Town called malice, una obra maestra de The Jam apta para el sonido de guitarra, bajo, batería y la voz ¡y qué voz! de Paul Weller. Más abajo está la versión grabada y publicada del concierto en La Riviera.

El concierto en Madrid, en La Riviera, el día 17 de septiembre de 2023, fue espectacular aunque siempre se pueden decir cosas. Se echa de menos a Steve White que además de pegarle muy fuerte y con mucha personalidad a la batería, es terriblemente cómplice de Paul Weller. Aquí el batería es Steve Pilgrim que cuando no la toca se dedica a hacer guitarras escondido entre tambores y platillos. El ritmo que imprime Steve ¡otro Steve! es increíble aunque no termina de cerrarse la conexión con Paul Weller. Además está el percusionista Ben Gordelier, que le regaló una baqueta al espectador que tenía al lado, que marcaba ritmos a toda velocidad. Como fue el concierto de Paul Weller, a toda velocidad, unas treinta canciones en dos horas de conciertos ¡los tres minutos maravillosos que es capaz de producir el gen musical británico!

En los teclados y aparatos de válvulas estaba Tom Van Heel que tuvo mucho protagonismo en el concierto aunque, lógicamente, siempre estuvo sentado. Además le hacía buenas coberturas a Paul Weller cuando se sentaba al piano. Y es que el músico británico se pegaba unos buenos paseos, aunque con presteza y nada de rodeos, y hacía como los buenos toreros, no hay que dar tregua y hay que terminar lo que se empieza.

En el bajo estaba Jake Fletcher con tanta experiencia acumulada que abruma. Y en los vientos estaba Jacko Peake que tocó varios saxofones y la flauta travesera y que también tiene tablas para hacer lo que quiera.

Paul Weller se siente muy cómodo con el escudero Steve Cradock al que dejó, en el turno de las presentaciones de la banda, para el final. La facilidad con la que se asoma, literalmente, a la guitarra Steve Cradock le permite además generar sonidos que llenan las canciones de Paul Weller. y es que no hay ningún músico que no sirva para llenar espacios. Todas las canciones tenían adornos, tan elegantes, tan contundentes, tan estimulantes, que sólo se puede entender esa capacidad de producción por algo innato a estos genios de la Gran Bretaña nacidos entre rocas y lluvias.

En el programa de televisión Aplauso hace demasiados años ya apareció The Jam cantando ‘Eton Riffles’, una canción incluida en el disco ‘Setting Sons’ de 1979 que me compre muchos años después y por el que el tiempo creo que ha pasado demasiado. Quizá ‘Thick as Thieves’ se podría mantener bien en el tiempo. Creo que los artistas británicos llegaban a Madrid en avión y grababan por la mañana el programa. Tocaban en playback y lo daban todo. Eran muy profesionales y a los músicos y a los españoles nos llevaban mucha ventaja en capacidades y en cómo saber demostrarlas. Y es que no es sólo tener la BBC, también hay que parecerlo. Y de esa escuela toda la experiencia de Paul Weller servida con fuerza y decisión. Paul Weller siempre tuvo a su padre como manager, falleció recientemente, y seguramente que gracias a él se pudo dedicar más a su labor como creador.

‘The Style Council’ se hicieron muy famosos en 1985 en Wembley en el concierto de ‘Live Aid’ en el que The Queen se desató gracias a Freddie Mercury. Afortunadamente Paul Weller dejó de bailar y se escondió, desde entonces, detrás de una guitarra ¡y qué guitarra! o desde unos teclados.

Paul Weller domina el escenario, luce estupendamente fresco y saludable, y sabe hacer bien tres cosas: cantar, tocar la guitarra y escribir canciones. Eso le permite, además, ganarse el respeto y la confianza de la banda que sabe perfectamente quién es The Modfather.

A continuación un fan, de los muchos que estábamos allí y de los que una mayoría llevábamos ya gafas, se extrae un fragmento de Town called malice: