Peggy Sue se casó (Peggy Sue Got Married) es una película de 1986 dirigida por Francis Ford Coppola. En su momento no la vi y creo que no la he visto nunca. Ahora, al verla tantos años después, me parece que el título no es nada atractivo y no ayuda a entender lo que aparece en la película. Peggy Sue es Kathleen Turner, que estaba haciendo sus mejores trabajos a toda velocidad. La actriz tenía 32 años e interpreta a una adolescente de 18 años. Quizá es un poco exagerado aunque entre el vestuario, de los años sesenta con mucho punto, mucha falda de vuelo almidonada como un polisón, los calcetines y los libros en el pecho; el peinado ¡pelazo de Kathleen! y Nicolas Cage, que tenía 22 añitos y que se peinaba con un tupé como no se ha visto otro en el cine, la película da el pego y parece que estamos viendo a Peggy Sue a sus cuarenta y a sus dieciocho.
Y Peggy Sue no hace más que equivocarse, una y otra vez, en una vida o en otra, y siempre se queda con Charlie. Da igual lo que ella quiera hacer, al final toda su vida se repite y sólo algunos personajes encuentran un camino diferente. Y es gracias a ella que un autor, crítico de Hemingway decide hacer su propio camino ¿al final no se fue a Utah, se iría a Nueva York, sería el Paul Auster de Smoke? Y luego está el inventor que se vuelve loco apuntando tecnología que será de alto valor en el futuro ¡incluso las radios gigantes! Y ahí está el valor de la película, que ella, que es buena gente, desea lo mejor para los demás y encuentra que en su caso no puede realizar ningún cambio porque la vida que vive es la mejor que puede tener.
Hay algo en el cine de Francis Ford Coppola que no me termina de motivar. Y no sé qué es. Los padrinos los tengo pendientes, la de Vietnam también y de Drácula recuerdo que metía muchos ingredientes y me despistaba mucho. Así que quizás es éso lo que me pasa con el director, que me ofrece mucha información y no soy capaz de procesarla adecuadamente.
En Peggy Sue parece que hay unas tramas adicionales aunque al final no van a ningún lado. Hay una aparente crítica a la sociedad americana que no estaba muy preparada para ser demócrata. Todavía tenía muchos valores republicanos ¡que ahora están denostados y repudiados! y se hablaba del valor de la familia, de los hijos, ¡de los abuelos con los entrañables personajes que Peggy Sue vuelve a ver! También de hacer barbacoas y de mantener la amistad para siempre aunque los maridos sean tradicionales y trabajadores con ellas trabajando en casa. Claramente esa sociedad desapareció con Kennedy y la película no lo termina de desarrollar.
La familia, la tradición, el punto y la vida clásica se retrata en la película. Parece que los maridos son los más descacharrantes aunque realmente son las mujeres las que dominan la situación sin hacer ruido y sabiendo hacer todo tipo de platos en la cocina.
Los chicos son un poco más básicos que los de Grease y sólo los frikis forman parte del deseo de cambio de Peggy Sue. No se entiende por qué a unos les dedica tanta pasión y compromiso y a otros no. Lo cierto es que les cambia la vida y con sus inventos y descubrimientos también va cambiando la vida de los demás: tecnología, literatura y algo de música porque a Peggy Sue ¡le gustan los Beatles!
Kathleen Turner encadenó películas de éxito en la década de los ochenta sin parar. Tenía un enorme atractivo físico que supo mostrar, aprovechar y lucir en las películas. En Peggy Sue hay momentos en los que parece que su cuerpo cambia, quizá para aprovechar la edad adulta, y cuando es joven ya luce todo bajo el punto, aunque hay una escena con camisón en el sótano que no esconde nada.
Nicolas Cage está raro como Charlie, aunque ¿cuando no ha dejado de estarlo? Aunque es el sobrino de Coppola él se encargó de construirse su propia carrera y sus propios personajes en su mundo expansivo ante el que nada se detiene. Aquí luce tupé, canta, baila, conduce el blue Impala y hasta saca a pasear al perro. Es un encanto de chico, no es un rebelde con causa, más bien ni rebelde ni causa, bueno sí, mantener el negocio del padre de venta de electrodomésticos ¡por los chinos sabemos que aquello terminará! Y tiene unos dientes picudos que desafían la gravedad como su tupé.
No hay momento para el cabezazo y quizá la situación más tierna es el encuentro con los abuelos aunque la escena de la logia es una completa locura que no se termina de entender. Sólo tiene como explicación servir de excusa para que la rescate Charlie ¡y se animen a concebir su primer hijo! Y nunca Peggy Sue lo podrá evitar porque Peggy Sue se casó.
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