The Queen is dead es el tercer álbum de la banda The Smiths. Se publicó en junio de 1986 y estaba terminando el BUP. No me acuerdo de si el disco lo escuché en la radio, en algún programa de Radio 3, quizá en la televisión o si lo ponían en los bares favoritos a los que íbamos en aquella época y en los que se cumplía el principio de la economía circular. Se oía el disco en la radio, se oía el disco en el bar, se compraba el disco, se oía el disco en casa, se grababa en musicassette, se prestaba, …
The Queen is dead tenía en su portada una imagen inquietante. Tantos años después he tenido tiempo para fijarme y ver en ella a Alain Delon. Morrissey es un romántico empedernido y todas sus letras, con dolores y tormentos, se complementaron con la portada del disco. Parece que fue diseñada por Morrissey y es una foto de la película de 1964 L’Insoumis, protagonizada por Alain Delon. También he leído que tuvo que recibir la aprobación del actor y que éste lo hizo. Imaginad el momento en el que los de Manchester, ¿qué tiene esta ciudad con la música?, recibieran la carta de la aprobación del actor y el momento de decir ¡ya tenemos portada del disco!
El protagonismo de The Smiths recaía en Johnny Marr y en Morrissey. Como en casi todos los grupos populares dos líderes, uno para las letras y otro para la música. Y los dos para crear ambientes y escenarios que les han permitido ser inmortales.
Cuando estos artistas eran jóvenes, como todos a su edad, querían cambiar el mundo ¡al final la Reina murió! y el disco está lleno de referencias de lo que les gustaba y de lo que les importaba.
Aunque no eran excesivamente cansinos y por eso su trabajo musical está por encima de los gustos políticos y de las opiniones contra el sistema. Y lo que trasciende es el romanticismo, la pasión y la elegancia del gen británico que domina el pop desde hace muchos años.
Por eso queremos a Morrissey porque canta con elegancia y ese tono romántico que hace que te metas en la canción transmitiendo sentimiento, dolor y drama mientras, además, nos conmueve. Y Johnny Marr domina la guitarra ofreciendo todo el repertorio de ritmo, pasión y densidad que Morrissey necesita.
Las canciones que más me gustan son Bigmouth strikes again y There is a light that never goes out. La segunda incluye una letra que es fascinante y maravillosa retratando, de una forma romántica, cómo la muerte puede unir dos almas apasionadas de forma definitiva.
The Smiths, eran Andy Rourke al bajo, Morrissey cantando, Johnny Marr con la guitarra y Mike Joyce con la batería. Es un disco clásico The Queen is dead y que sigue teniendo valor y relevancia tantos años después.
Más información | El Corte Inglés
Imágenes | Marcos López
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