John Hughes es uno de los directores clave de los años ochenta. Para nuestra generación las películas de John Hughes, director y escritor muy prolífico, eran como un espejo en el que mirarnos y la mayoría de las veces encontrarnos.
Más abajo se puede ver el final de la película con la canción de Simple Minds ‘Don’t you forget about me’ que todavía nos suena en la cabeza. Hay que indicar la densidad que tenían esas canciones que nos animaban a leer, a compartir, a cantar, a aprender inglés, a comprar discos ¡los LPs! y a ir a discotecas y bares a escucharlas. La película costó, dice la imdb, un millón de dólares de 1985, y lleva unos beneficios de más de 50 millones de dólares. No está nada mal y permite asegurar que el cine es una industria muy rentable.
Qué cuenta ‘The breakfast club’
La película cuenta lo que les pasa a todos los adolescentes que viven en su mundo y de repente encuentran otras referencias, otras ilusiones, otras actitudes que les llaman la atención, que les sirven de guía y que les animan a cambiar y a mejorar.
En los años ochenta formábamos parte de una sociedad que era muy espabilada y que estaba preparada para progresar, crecer y conseguir sus sueños. Y eso es lo que se puede ver en la película, hasta el personaje más desarrapado de los cinco, probablemente por la situación que vive en casa y porque es su mecanismo de defensa, es un joven inteligente y audaz con sueños y enormes deseos de conseguirlos.
Las chicas, ¡cómo son las chicas de The breakfast club! siguen siendo más inteligentes que los chicos y que también saben utilizar sus capacidades de forma más brillante que los chicos. Así que entre todos consiguen romper las barreras que los protegen ¡a su edad! y empiezan a descubrir a los demás.
Los perfiles son muy de la época, ahora están más revueltos y con más aristas y variaciones. Son el deportista, el empollón, el criminal, la princesa y la caso perdido.
Los actores fueron: deportista (Emilio Estevez), el empollón (Anthony Michael Hall), el criminal (Judd Nelson), la princesa (Molly Ringwald) y el caso perdido (Ally Sheedy).
El día que tienen que permanecer en el Instituto les vigila el director del centro interpretado por Paul Gleason que, a falta de nada mejor, les obliga a escribir un informe que explique por qué están castigados. Toda la misión se convierte en un gran facilitador para descubrirse entre todos, respetarse, quererse y cambiar sus vidas.
Aunque todos saben que el próximo lunes cuando se vuelvan a ver volverán a ser como eran antes. O no.
No se puede dar ningún cabezazo en El club de los cinco. Es una película completamente atemporal aunque los adolescentes actuales, para descubrirla, tienen que recurrir a sus visiones e impresiones ¡o a que se lo diga un youtuber!
Más información | ‘The breakfast club’ en imdb
Sigue la conversación en @elepesypelis
Un comentario en «0»
Los comentarios están cerrados