En The breakfast club los adolescentes tenían que encontrar su camino aunque tenían muchas distracciones y tentaciones. Compartir un fin de semana sin la presión de las clases les permitía encontrar una nueva visión de la vida reafirmando sus sensaciones y descubriendo otras. En El club de los poetas muertos el profesor Keating aprendía de los alumnos y sobre todo les enseñaba a disfrutar de la vida, del momento y a perseguir sus sueños con ahínco y pasión.
Pues algo así es The holdovers, en español Los que se quedan, un camino para el adolescente que siente que la vida es complicada y no sabe por qué. Una cocinera que perdió a su hijo en la guerra de Vietnam, es la navidad de 1970 ¡y no hay teléfonos móviles ni Internet! y que sufre en soledad aunque encuentra la esperanza en su sobrino y minimizando las tonterías que les preocupan a los demás. Y además el profesor Paul Hunham, interpretado por Paul Giamatti, que vive en una irrealidad protegiéndose con su carácter agrio y sus valores de trabajo y mejora continua.

Dice Paco Cabezas que The Holdovers no es solo la mejor película de Alexander Payne o el mejor papel de Paul Giamatti en años, es una película tierna, divertida, triste, emocionante. Y tiene razón, es una película que a pesar de su lentitud no se puede dejar de mirar, que pasan pequeñas cosas aunque de una profundidad inmensa y que muestra que la vida es complicada aunque vale la pena vivirla porque siempre hay una experiencia que nos va a llenar.
La cocinera está interpretada por Da’Vine Joy Randolph a la que ya vimos en High Fidelity, la serie. Su interpretación es magnífica sólo aguantando el plano medio, adornada con gafas, viviendo en la cocina o ahogando en silencio el llanto que le provoca la muerte de su hijo. Así que se queda a pasar las vacaciones de navidad en el colegio y pronto descubre que con los que tiene que convivir son también unos perdedores como ella y que sólo les queda mejorar y vivir la vida.

La gran sorpresa de la película es el adolescente interpretado por Dominic Sessa. Le auguro una carrera espectacular a este actor porque tiene todo para serlo. Un debut magnífico, unos actores que le dan la réplica y ante los que no se siente de menos y sobre todo una planta y un saber aguantar la cámara que le puede dar muchas satisfacciones en el futuro.
El adolescente al que interpreta tiene mucho miedo de convertirse en lo que ha conseguido su padre y por eso su instinto de protección es elevado. Sin embargo su relación con el profesor no para de progresar y de mejorar y nunca más podrán tener una relación de maestro y alumno. Así que la película termina con una opción que no te esperas aunque quizá sea la mejor posible.

No hay opción al cabezazo en The holdovers, Es una película de gran belleza, tierna, emocionante, que ama la vida con tremendo énfasis y que utiliza a unos actores de forma magnífica. Hace un gran trabajo Alexander Payne, del que recuerdo Nebraska o Entre copas, y que aquí nos ofrece una película que será un clásico para la Navidad.
Más información | imdb
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