Las bayas de enebro (juniper berries) son un ingrediente clave de la ginebra que le da su sabor distintivo. Al personaje interpretado por Charlotte Rampling, que luce como una abuela cascarrabias y malhablada desde su 77 años, nació en 1946, le encanta la ginebra. Se la bebe con agua, una mezcla al 50% y un limón exprimido. Y bebe, y bebe desde la soledad de su sillón mirando por la ventana con la cortina echada. Son los años ochenta ¡no hay Internet ni teléfonos móviles! y la contemplación y la vida en retrospectiva es lo que le gusta a la abuela. Ella fue fotógrafo, tuvo un hijo con un padre que nunca reconoció, o no quiso reconocer, y ahora tiene un nieto adolescente al que enreda hasta llegar al cariño.
El nieto está todavía más perdido que la abuela. Es un broncas en el colegio donde permanece interno y cuando le expulsan se queda cuidando de su abuela, junto con una enfermera encantadora, hasta que unen sus caminos tan aparentemente divergentes. Y es que ninguno de los dos tiene muchas ganas de vivir aunque cuando se encuentran, se reconocen, se valoran y se respetan les cuesta mucho separarse. Y éso es lo que les hace unirse más frente al padre, del adolescente, y el hijo, de la madre que también vive confundido entre la rebeldía y el carácter guerrero de ambos.
Es una película lenta y sosegada que crece en determinadas escenas. Por ejemplo cómo la abuela interpretada por Charlotte Rampling se anima a disparar al plato junto a los amigos de su nieto a los que soborna con alcohol y una fiesta a cambio de ¡limpiar el jardín! Entre todos se crea un respeto y una camaradería ¡la abuela tiene una personalidad muy atractiva! que hace que finalmente, cuando la abuela tiene que partir definitivamente, recibe el homenaje con una intensa haka interpretada por los jóvenes estudiantes.
El nieto está interpretado por George Ferrier y sufre de una tremenda depresión por la muerte de su madre. Él no consigue quitarse de en medio, ¡le salva un caballo! y aunque inicialmente odia a la abuela ¡que le tira un vaso de cristal a la cara! finalmente crea una relación de amor y cariño muy profunda e intensa. No sólo la lleva en volandas para ver amanecer por última vez, también le cuida con esa pierna destrozada, le prepara la ginebra y le deja que le cuente secretos de vida. De esa forma los dos personajes se cuidan y protegen y dejan al padre de él y al hijo de ella abierto para recibir el cariño de los dos.
No se da ningún cabezazo en Juniper más que nada porque Charlotte Rampling es una actriz tremenda que llena la pantalla con cada aparición. Y eso que aquí está muy limitada por su lesión y aunque tiene muy mal genio pronto baja las defensas ¡y hasta confiesa sus pecados al sacerdote! Charlotte Rampling lleva más de ciento treinta películas a sus espaldas y sigue trabajando con brillantez y seguridad. En la edición de la Seminci de Valladolid del año 2023 recibió la espiga de honor y por eso la película se estrenó también en 2023 aunque se rodó en 2021.
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