Martin Bourboulon es el director de Los tres mosqueteros: D’Artagnan, una aburrida película en la que parece mentira que se pueda destrozar una historia tan inmortal como la de Alejandro Dumas. Aquí el envoltorio es estupendo, hay actores, hay palacios ¡el patrimonio de la Francia!, hay un vestuario que se puede llevar el Oscar y también hay un presupuesto bárbaro. Sin embargo Martin Bourboulon, al que ya conocemos por Eiffel, construye un entretenimiento que se presta al cabezazo o directamente al abandono.
Parece que simultáneamente a este rodaje se hizo también Milady, que se estrenará próximamente, y en la que, además de ver la conclusión con los herretes ¡qué gran descubrimiento de Dumas!, espero que Eva Green y su malvado personaje tenga más protagonismo y sobre todo, que el director sea capaz de remontar el vuelo y ofrecer una nueva visión de esta historia inmortal con grandes aventuras. O echaremos de menos hasta a Gene Kelly que hizo una versión maravillosa con combates que parecen danzas utilizando espadas.

El Rey Louis XIII es uno de los personajes más desdibujados en las versiones cinematográficas y aquí la estupenda interpretación de Louis Garrel consigue su personaje sea muy interesante. Además es el que desencadena que la Reina ponga toda la maquinaria a funcionar para recuperar sus herretes después de su romance con el inglés, el siempre sorprendente Duque de Buckingham. Y es que la Reina tenía un gran atractivo para el Duque y ella, que debía considerar a su marido muy simplón, necesitaba darse alguna alegría.
Toda la película tiene movimientos de cámara muy cansinos y que no aportan nada a la historia. Es un alarde técnico que no ofrece ninguna originalidad. La película también es oscura, es claramente para ver en pantalla grande, y aunque la ambientación es espectacular, vestuario y decorados brillan, no consiguen ser diferenciales o hacer levantar la producción.

A Eva Green se le nota perdida. Sólo la escena final consigue remontar y nos deja buen sabor de boca para la Milady que será en la nueva entrega. Seguro que nos cuenta más detalles del romance que fue con el Athos interpretado por Vincent Cassel al que se le ve muy mayor como para ser un buen mosquetero. Creo que nos hemos perdido un Cardenal de Richelieu que, para más sorpresa, aquí está tan diluido que no aporta absolutamente nada.

Vincent Cassel es un gran actor y en toda la historia del proceso judicial, que es novedoso y que no aporta nada, se incluyen imágenes de gran impacto como la que ilustra el artículo. Se echan de menos buenas cabalgadas de los tres mosqueteros, que todos sabemos que son cuatro, buenas batallas con planos estáticos, malos que ejerzan de malandrines a las órdenes de Richelieu y una Milady que domine todas las escenas y que planee sobre toda la trama incluyendo maldad y perversión. Nos quedamos esperando a la segunda Los tres mosqueteros: Milady y lo contaremos en Elepés y pelis.
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