Al actor Benjamin Voisin el personaje de Lucien de Rubempré no siempre le sienta bien. Es Lucien un personaje tremendamente atractivo para el cine. Es poeta, es buscavidas, es ganador, es seductor, es despiadado, es periodista y es tierno y cariñoso. Y también es muy inocente y no consigue entender que en París, en el año 1820, la ambición era desmedida entre la corte que no quería perder sus privilegios, los nobles que empujaban para meter la cabeza en la corte y los cortesanos que también querían su trozo de pastel para vivir en París y abandonar la ruralidad de la Francia.
Es un personaje, Lucien, tremendamente atractivo y aunque el actor lo gestiona bien le falta algo para ser duro en los momentos en los que debe serlo y sufrir mucho más cuando le dan golpes sin parar y el se mantiene vivo aunque ya no sabe ni por dónde seguir. Cuando se convierte en periodista crítico con el poder sale un actor diferente, cuando funciona como amante no domina la relación aunque con Cécile de France no debe ser fácil mantenerse firme. Y cuando perfectamente vestido como un señor es humillado por la marquesa imbricada en la corte del Rey su interpretación es completamente irrelevante. Es divertido con su novia tísica, una pizpireta Salomé Dewaels característica con sus medias rojas, aunque se pierde en la mayoría de las situaciones. Hace falta un actor potente y duro para interpretar a Lucien de Rubempré, un personaje salido de la pluma de Honoré de Balzac y que apetece leer y revisar tantos años después.
Xavier Giannoli es el director de la película que triunfó en Francia en los premios César del año 2021. Tiene una ambientación excelente a pesar de que juega a planos cortos y escasa ambientación en exteriores aunque cuando la hay parece que estamos allí con los carruajes y la gente encopetada en París. Sin embargo las escenas de la redacción, las escenas de la corte y las del apartamento de Rubempré con su novia son estupendas. Hay muy buena música y un ritmo intenso durante las dos horas y media de película.
Vincent Lacoste, al que habíamos visto en Irma Vep, es su amigo Lousteau y al que llama Margarita. Es un personaje capaz de moverse muy bien entre los redactores aunque al escribir es mejor Lucien. Me gusta mucho Jeanne Balibar, que también está en Irma Vep y que aquí es la componedora marquesa d’Espard. Además aparece Gérard Depardieu como el editor frutero y paleto y que sin embargo se está forrando gracias a dominar el medio en el que se mueve ¡y ser el primero!
La prensa que aparece en la película al nombrar caballero periodista a Lucien proclama su lema: ‘en nombre de la mala fe, de los rumores y de la publicidad, yo te nombro periodista’.
No hay opción para el cabezazo porque las aventuras de Lucien de Rubempré son de auténtico folletín y la película respeta esa ambientación. Es una historia de sueños, de luchar por la fama, de creer que es posible y de alcanzar una total desilusión con los traidores, componedores y miserables de París. Aunque la película cuenta cómo es el usurero mundo editorial, el libertino mundo artístico y teatral lo más sorprendente es cómo los poderosos impiden que alguien invada su terreno y cómo lo consiguen además, humillando, desprestigiando y ahogando a Lucien que tiene que volver a su lugar de origen no sólo sin conseguir su sueño sino completamente destrozado por la vejación. Lástima que el actor protagonista no termina de ser contundente y aprovechar todas las oportunidades que ofrece este gran personaje de la literatura universal.
Más información | imdb
Sigue la conversación en @elepesypelis
Un comentario en «0»
Los comentarios están cerrados