Los años ochenta pertecen a Prince, decía David Bowie. Mentira. Los años ochenta pertenecen a Antonio Fernández que desde sus programas en la radio, antes de ser espantosa, nos enseñó a una generación a disfrutar de la música elegante y hecha por grandes artistas.
Uno de ellos, y que periódicamente venía a la Área Reservada de Antonio, era Gino Vannelli.

Gino Vannelli empezó a cantar en los años setenta y con sus primeras canciones ya tenía claro cuál era su estilo, una gran voz, unas canciones que quieren espacio y tiempo y grandes arreglos para convertir la canción en un gran disfrute.
En los años ochenta, 1985, Gino Vannelli publicó Black Cars. Está en el recopilatorio ‘Collected’ y es una canción que aunque cumple con su visión se le nota que ha pasado mal el tiempo por ella. Es muy pop y muy rápida, aún así es una canción que puso a Gino Vannelli en la televisión, los videoclips, con la estética propia del tiempo, largas melenas, grandes abrigos con hombreras y mucho lujo.

Con Gino Vannelli Antonio Fernández nos puso a pensar. Es un músico difícil que ofrece propuestas muy grandes y a las que cuesta entrar. El artista canadiense escuchaba estilos como el jazz o la música clásica y esa mezcla la incluye claramente en sus composiciones.
En los años setenta el productor Herp Albert le ofreció debutar en la compañía A&M con Crazy Life con 21 años. A partir de ahí todo es historia. Gino Vannelli es elegancia, con un sonido impecable, con músicos de gran profesionalidad que tocan igual en estudio que en directo (por ejemplo Live in LA, 2015) y que te envuelve con sus interpretaciones.
En el disco Collected, de 2014 y comprado en Y que Viva Joplin, hay muchas canciones de Gino Vannelli de toda su carrera y aunque todas son estupendas hay muchas que son sobresalientes. Probablemente Love of my life o I just wanna stop son de mis favoritas. Y faltan muchas: Appaloosa o Brother to brother, por ejemplo.

Las composiciones de Gino Vannelli incluyen dos elementos fundamentales, la voz que se integra en toda la canción y llega a dominar en muchos instantes y la elegancia en la interpretación en la que siempre el artista ofrece con generosidad todos sus sentimientos.
Más información | Y que Viva Joplin
Imágenes | Marcos López
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