En All that Jazz ya se mostraba la degradación y la autodestrucción de Bob Fosse, que, utilizando a Joe Gideon, mostraba el final de uno de los coreógrafos más importantes del mercado americano junto a Fred Astaire y Gene Kelly. En la serie Fosse Verdon se puede ver la historia de la pareja con muchos detalles entre ellos. Claramente él es el que sale más perjudicado.
Es egoísta, mujeriego, gran amigo, temeroso en la sala de montaje y sobre todo es un artista increíble que tiene muy claro que es lo que quiere contar y cómo utilizando el cine y el baile. Es también muy sensible y necesita a su mujer para avanzar aunque también necesita saciar su ansia de dominio sexual con sus bailarinas a las que no duda en utilizar en la cama y en la sala de baile. La serie muestra con mucho detalle cómo fue la relación romántica, creativa, destructiva y en ocasiones muy violenta entre el coreógrafo y director Bob Fosse y la bailarina de Broadway Gwen Verdon.
La historia de cómo se rodó Cabaret aparece muy bien en la serie. Se muestra cómo son los momentos previos para ganarse la credibilidad como director después del fracaso de la película anterior y que me quedo con las ganas de ver. Aunque la escena más divertida es cómo Gwen Verdon se marcha a Estados Unidos desde Alemania en busca de un disfraz de gorila que luego veríamos todos en la película. En la serie aparece fugazmente la actriz que interpreta a Liza Minelli como una Sally espectacular que le daría la fama para siempre.
Toda la serie destila modelo y estilo de vida americano. El vestuario, las casas, la forma de vida, la competición en el baile, la exigencia entre todos los miembros del equipo y sobre todo en la forma de hacer el arte. Magníficas las interpretaciones de los productores, de los guionistas ¡bailaré sobre tu tumba! y lo cumplió y de las bailarinas que no dudan en irse con el director aunque no lo exigiera el guion.
La hija de Fosse y Verdon, Nicole Fosse, aparece en la serie en casi todos los capítulos. Está interpretada por dos actrices, la niña, que es mucho mejor que la adolescente. La niña es cariñosa y disfruta con sus padres hasta que empieza a ver que se están separando de forma violenta. Y la adolescente que ya ha superado la separación y a la que le cuesta encontrar su lugar en la vida, por eso elige una vida de excesos que le acompañó durante toda su vida. La hija Nicole Fosse es productora de la serie y estuvo pendiente de que la producción fuese lo más fiel.
Y ahora el turno para los actores. A Sam Rockwell y a Michelle Williams los personajes les encajan estupendamente. Los dos se meten en ellos sin ningún problema aunque a ella le luce más. Ella sí baila porque Sam Rockwell se mueve un poco en momentos muy concretos. Ahora, fumar, fuma todo lo que puede.
Ella está estupenda como Gwen y siempre está por delante de Bob Fosse. Sabe cuando le engaña ¡la llegada a Alemania con la cara del gorila!, sabe cuando está bloqueado, sabe cómo le provoca y sobre todo sabe sacarle de quicio aunque es ella la que sale siempre humillada. Ahora, cuando los dos colaboran la excelencia se consigue y él se acerca a lo que Fred Astaire fue aunque le supera porque también fue director y ganador del reconocimiento por obras llenas de arte y del misterio que surge de la danza.
Todo el mundo que ame los musicales y la danza disfrutará con la serie aunque los últimos capítulos están dedicados a la intensa relación entre Fosse y Verdon que no consiguen llegar al musical de Chicago en formato película aunque sí cumple el deseo de Gwen de estrenarse en Broadway. No hay ningún cabezazo posible y la serie se disfruta una barbaridad.
Y para finalizar, no estoy seguro de que se haga alguna mención en la serie, se puede ver a Bob Fosse haciendo de serpiente en la película de El Principito. Y los bailes que hace serán después ampliados y magnificados por otro genio, Michael Jackson, aunque éso es otra historia.
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