Australia/Faraway Downs está protagonizada por Nicole Kidman que es Sarah Ashley, una aristócrata inglesa que tiene que viajar a Australia para gestionar cómo conseguir dinero para salvar su granja en Inglaterra. Sin embargo según crece su inmersión en Australia ella siente que el continente entra en su corazón y lo hace con varios alicientes. La enemistad con el ranchero de su marido, la amistad con Drover, interpretado por Hugh Jackman, y sobre todo la magia que siente por Nullah el pequeño aborigen que nace de los cruces que tenían las mujeres del lugar con los invasores. Y la historia de los niños que surgen de esas relaciones también inquieta a Sarah Ashley que lucha también por mantener a Nullah a salvo de la isla a la que los curas se llevaban a los niños.
La guerra de Sarah Ashley es con un terrateniente interpretado por Bryan Brown, de los todo poderosos Carney, que se mantiene muy serio y atractivo aunque tiene un final horrible. Y es que el actor que gana protagonismo es David Wenham, como Neil Fletcher, que se convierte en un malvado muy intenso y que vuelve loco a Sarah Ashley con su maldad.

La película Australia, dirigida por Baz Luhrmann, consiguió una recaudación bajísima para la superproducción que fue. Es uno de los grandes fracasos de Nicole Kidman y Hugh Jackman y sin embargo al recuperar material y convertirlo en serie la película gana una nueva dimensión. Hay amor, hay pasión, hay guerra, hay drama, hay momentos musicales y sobre todo hay malvados estupendamente trazados aunque da mucho más miedo y respeto Bryan Brown que David Wenham
La serie va de menos a más y después, el episodio de la guerra, se convierte en un poco insustancial que además finaliza de forma muy triste. Y para rematar a Nullah su abuelo le hace una especie de llamada de la selva dejando al personaje de Nicole Kidman un tanto desatendido. El principio de la película es muy emocionante y es muy divertido acompañar a Sarah en el descubrimiento de Australia, de sus paisajes, de sus gentes y del amor que despierta en ella.

De Hugh Jackman, que no es un grandísimo actor, te resulta raro su forma de montar a caballo aunque su personaje es muy atractivo. Al final cae rendido a los pies de la fuerza y de la seguridad de Sarah. Es difícil entender que la película no tuviera éxito, nunca la había visto, y sin embargo la serie me ha gustado mucho.
Al director le gusta construir planos sorprendentes y aquí quizá abusa del chroma perdiéndose la luz real de los paisajes por recursos de estudio. Los personajes protagonistas son potentes y los secundarios, el bartender, por ejemplo, son también magníficos.

No hay opción al cabezazo en la serie, en la película no lo sé. Los capítulos son cortos y se consumen, son seis, a toda velocidad, aunque la guerra es otra historia y no es tan atractiva como todo el enamoramiento del país, de Drover y de Nullah por una Sarah, de Nicole Kidman que sí creo que interpreta correctamente.
Y en el final la música, magnífica la inclusión de El mago de Oz y de su música para hacer sentir a Nullah extraordiarias sensaciones que todavía amplifican más las emociones de Drover y Sarah.
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