‘The outfit’ y por qué no es lo mismo ser un sastre que un cortador

Mark Rylance interpreta a Leonard que durante toda la película se explica indicando que no es un sastre, sólo es un cortador de ropa. No me lo parece tanto cuando en múltiples planos aparece tratando con mimo y delicadeza el género que trata: tejidos, texturas, formas y colores. Todo está bajo su control.

No es de reírse mucho Mark Rylance interpretando a Leonard, aunque cuando se ríe resulta un poco terrorífico. Es Leonard un personaje muy atractivo creado por Graham Moore que además dirige su primer largo. La película cuenta una historia de mafiosos en un entorno muy reducido jugando con los teléfonos, los timbres, las luces, el ritmo y unos actores estupendos. Leonard, el inglés, escapa a Chicago huyendo de su pasado, y de las cosas que aprendió en la Gran Bretaña, desde la primera gran guerra.

Todos los mafiosos tienen descendencia de la que deben arrepentirse. Es una expecie de maldición y penitencia que les pasa a los malvados, ricos y poderosos. En The outfit no es una excepción y sobre los hombros de Richie descansa todo el peso de la película. Hay traidores, policía, mafia y un sastre que observa todo el juego entre rollos de telas, medidas, patrones y mucho oficio.

El sastre, o cortador, es un perfeccionista. Aprendió el oficio en el sitio de los mejores en Londres y desde ahí forjó su carrera como trabajador de vestuario de caballeros. Lamentablemente, y es una pregunta que hacen todas las mujeres que aspiran a disfrutar de su feminidad, no sabe hacer trajes para chicas y es, quizá, lo peor que le puede pasar. Aún así su trabajo pulcro, limpio, sencillo, de gran tacto y precisión en las manos, se disfruta durante muchos minutos. En el final luce un estupendo vestuario que le sienta de maravilla.

Después la película se vuelve un teatro en el que los personajes entran y salen por las puertas. ¡Qué gran recurso son las puertas en el teatro! Y aquí es cuando Leonard despliega su maestría mucho más allá del sastre, del cortador y de persona angustiada por su pasado.

Las tijeras son protagonistas de la película en la que no se puede dar ningún cabezazo. Es tal el nivel interpretativo de Mark Rylance, la voz, la pausa, la vocalización y los movimientos lentos y precisos, que conviene no perderse nada. No tiene muchas películas interpretadas este excelente actor. Me parece que es actor de tablas, de teatro, de distancias cortas, de interpretaciones calmadas y razonadas. Y en The outfit, puro teatro, se lo pasa estupendamente.

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