Juancho Hernangómez hace un papel especial en la película Hustle. No tiene que demostrar lo bueno que es jugando al baloncesto y éso le debe dar tranquilidad para interpretar en la película a un jugador que tiene que pelear muy duro para llegar a la NBA.
La película es muy respetuosa con un deporte, el baloncesto, con millones de aficionados en todo el mundo. La NBA es una industria muy poderosa que se basa en la capacidad de los jugadores para conseguir cifras, resultados, éxitos, horas de televisión, impacto en redes sociales (lo más moderno de la NBA en los últimos años) y mucha resistencia mental para aguantar el ritmo.
La película es para amantes del baloncesto, muy amantes del deporte de la canasta, y no tiene contemplaciones presentando a un Adam Sandler nada amigo del fútbol (soccer) que, además, se le nota claramente que lo odia.
También se pueden ver escenas de despachos en los equipos de la NBA, está muy bien Ben Foster como personaje antipático aunque es el que manda, y cómo tiene que existir un equipo de análisis detrás para conseguir resultados. Es espectacular verles debatir sobre un jugador analizando todo: tiempo de entrenamiento, antecedentes, puntuaciones, actitud, progresión… ¡los jugadores de la NBA son superatletas y tan profesionales!
En la película aparecen leyendas y jugadores habituales como Shaquille O’Neal, Julius Erving el Doctor J que enamoró a Grover Washington Jr., Luka Doncic, Sergio Scariolo, José Manuel Calderón entre otros. Durante dos horas aparecen jugadores, jugadas, entrenamiento personal ¡a lo Rocky subiendo escaleras!, competiciones one on one y muchas emociones.
Netflix se toma en serio el trabajo de los productores Adam Sandler y Lebron James y ofrece un espectáculo en el que gana el baloncesto, los deportistas y todo el trabajo que hay por detrás de unos jóvenes que ganan dinero suficiente como para resolverse varias vidas.
La química entre Juancho Hernangómez y Adam Sandler parece muy sincera y el jugador español se deja querer por la cámara, por su protector y mentor y también por el argumento. Mantiene estupendamente la tensión, un poco forzada la relación familiar, y sobre todo se deja querer en los momentos de entrenamiento y de partidos.
Hustle es muy entrentenida, se pasa volando, están algunos momentos un poco forzados con la familia aunque cuando aparecen las escenas de los jugadores en la cancha, o los movimientos en los despachos, la película se acelera y se transforma. Ningún cabezazo, sólo mates, rebotes, tapones y muchas penitencias para mejorar en el baloncesto profesional de élite que es la NBA.
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