El director de Renfield es Chris McKay que recupera y recrea imágenes del Drácula de la Universal dejando que Nicolas Cage se lo pase bien imitando a Bela Lugosi y disfrutando bajo la luz que hizo famosa a la productora. Sin embargo Renfield es mucho más que Drácula. Es la relación que existe entre Renfield y Drácula a lo largo de los siglos y que, llegado el siglo XXI con la generación del hazme caso, a Renfield parece que le puede la duda y pide ayuda porque está cansado de servir al maestro.
Sin embargo a Drácula le importan muy poco las dudas humanas y él lo que quiere es beber sangre, mantenerse vivo y conservar su extraordinario poder con todo el que pueda servirle. Y así Nicolas Cage es el que se encarga de, recreando a Drácula, recordarle a todo el reparto que el artista es él y que el poder de Drácula es total para conseguir sus propósitos. La película se presta al humor y a la fiesta y así es cómo hay que ver la película, como un entretenimiento de muchas risas aunque es una película para tomarse en serio.
Nicolas Hoult es Renfield que cumple como el nervioso y apocado sirviente que se convierte cuando come las criaturas del averno que le confieren tremendos poderes. A Nicolas Hoult le sienta muy bien el pelo loco que le han puesto y se lo pasa muy bien dando brincos, esta vez sin maquillaje, y lanzando miembros como si fueran lanzas, ofreciendo violencia e intentando escapar de sus complejos descubriendo el color y la vida. Para ello le ayuda la policía interpretada por Awkwafina que evoluciona para convertirse en una detective brillante ayudada por Renfield. ¿Está condenado siempre Renfield a servir?
El contexto de la película es que Renfield va a un grupo de terapia para eliminar sus complejos y aunque progresa cuando llega Drácula es como si les dijera, ¡vamos, venga! y poneos a trabajar para mi. Sobre todo tú, Renfield, y deja de hacer el tontán.
Y luego hay una banda mafiosa llamada Lobo que domina la ciudad ¡los logos en las rejillas de los vehículos! y que la policía intentará detener a toda costa, incluso luchando contra sus propios jefes. Aquí Renfield le sirve a ello y entre los dos destriparán la banda. Y por ahí está Drácula al que le sirve cualquier persona y de cualquier condición para conseguir sus propósitos.
No se da ningún cabezazo en Renfield y en los cinco primeros minutos hay muchísimos planos y escenas que recrean el poder de Drácula y su carisma a lo largo de los siglos. Es increíble el poder de Bram Stoker para crear un personaje tan intenso y lleno de matices como para seguir utilizándolo y ofreciendo historias de gran interés mientras pasa el tiempo. Aunque parece Bela Lugosi en la iluminación y en la ambientación también hay algo de Christopher Lee en el Drácula de Nicolas Cage con el pelo. Donde es diferencial es en esa dentadura llena de puñales y que le encanta enseñar en los planos cortos.
En este caso hay mucha diversión y entretenimiento con risas aseguradas. Los actores que interpretan a Renfield y Drácula se lo pasan muy bien, hay buena química entre ellos y se implican en sus personajes ofreciendo uno, la desazón y la tristeza de sentirse superado, y otro, la fuerza y las ganas de ser una criatura inmortal necesitada de sirvientes para conseguir su supervivencia.
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