Pelham 1, 2, 3, la de 1974 con Walter Matthau, sigue siendo una obra maestra muchos años después de que la viera en la televisión, que no era espantosa, en La Clave o en Sábado cine con aquella entradilla de puntos flotantes representando una cámara. En esta película Walter Matthau mostró que era un actor tremendo y que podía hacer drama o comedia. Aquí maneja botones en un panel aunque luego se pone la gabardina y termina el trabajo, primero con el personaje británico despiadado interpretado por el magnífico Robert Shaw y después con el personaje que nos enseñó la importancia del pedal del hombre muerto del metro interpretado por Martin Balsam. Y que al estornudar se delata.
En el principio de la película el Garber de Walter Matthau tiene que atender a unos japoneses que están conociendo la central de operaciones del Metro de Nueva York. Y como parece entender que no saben inglés les vacila un poco delante de sus narices. Hasta que al final le agradecen a Garber el tiempo dedicado en su visita y ¡le contestan en perfecto inglés! ¡todos! y la comedia está servida antes de pasar a un drama tremendo con un ritmo frenético y una puesta en escena magistral.
La película cuenta cómo en Nueva York ¡hay un plano con las torres gemelas! muestra a unos hombres armados que secuestran un vagón del metro y que exigen un rescate por los pasajeros. Un millón de dólares.
El Alcalde de Nueva York, interpretado magistralmente por Lee Wallace, tiene que intervenir con su gripe a cuestas y, en cuatro o cinco minutos que duran las escenas, se puede ver toda la presión mediática y de opinión que tienen que aguantar los políticos tomando las mejores decisiones y ofreciendo el mejor servicio a sus ciudadanos. Y pasa por el aro el Alcalde mientras se va a la cama y después mientras intenta lucirse ante los votantes por salvar a la ciudad.
El plan de fuga es muy importante y los secuestradores lo tienen todo planeado. No han dejado nada al azar y sus planes son perfectos. Sin embargo el Garber de Matthau es implacable y un detective excepcional. Así que es cuestión de tiempo que caiga la banda. Y cae, el dinero se recupera y seguro que el Alcalde es reelegido.
Pelham 1, 2, 3 es una película de aventuras, con detectives, con robo, aunque es una extorsión, con ametralladoras, secuestradores y muchos botones e intercomunicadores. Desde las entrañas del subsuelo la radio es fundamental para mantener contacto con los trenes y sus tripulantes y todo se describe y explica a la perfección en la película. Una obra maestra que siempre apetece ver con unos personajes estupendos y una interpretación majestuosa de Walter Matthau.
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