Olivier Marchal es actor, escritor y director. Su punto fuerte, lo que parece que le gusta, son las historias de policías y la evolución del crimen contra el que tienen que luchar. En Overdose tienen que lidiar con una banda internacional, entre Marruecos, España y Francia, que se anima a, aprovechando las redes de tráfico de drogas existentes, ir incluyendo nuevos productos. Se lo ponen fácil a la policía o no, porque además la violencia es tremenda y los medios que utilizan les hacen ser casi inexpugnables.
La película Overdose, Sobredosis está dedicada a la memoria de Jean-Paul Belmondo. Me imagino que es el homenaje y el reconocimiento de Olvier Marchal al actor francés con muchas películas con temática similar aunque no tan violenta y explícita como la que se muestra aquí. El actor Alberto Ammann llena la pantalla en cada intervención y es un personaje especialmente malvado con todo lo necesario para ser odiado.

Overdose está llena de mcguffin que no consiguen distraernos de lo esencial. Un grupo de traficantes de droga pone todos los medios necesarios para llevar la droga, por carretera, desde España hasta Francia. La operación está liderada por un español y el ejecutor es el personaje de Eduardo interpretado por Alberto Ammann.
En medio hay un confidente que reporta a una agente de la policía que guarda secretos y que nunca se terminan de conocer. Además hay un detective de París que se une a la persecución porque entre los traficantes hay una historia, un mcguffin, de guerras entre familias en Marruecos.
Francia es el destino multicultural de todos los personajes, el destino de la droga, inicialmente de la que procede del norte de África y ampliando las redes a la que procede de ultramar. Y además la policía tiene recursos y conocimientos para destruir las intenciones de los traficantes.
Si los malos hacen muy bien su papel y consiguen sin dificultad ser odiados, a la policía francesa te gusta verla en acción aunque no siempre son especialmente limpios. Tienen enormes arsenales de armas, sus defensas a lo tortuga romana son inexpugnables y no dudan en eliminar a los que consideran escoria.
En la película Asalto al convoy ya se mostraba algo similar aunque Oliver Marchal ha hecho un producto más compacto y armado con asesinos sin escrúpulos y policía convencida de hacer su papel a cualquier precio.

La actriz Sofia Essaïdi creo que está un poco perdida en la película. Es el contacto del confidente, no tiene reparos en ir a por los traficantes con todas las consecuencias y además, desde su provincia, acepta al policía de París aunque sabe que nunca podrá estar con él. Es el punto más romántico de la película aunque no aporta nada.
Overdose es pura adrenalina. Olivier Marchal sabe construir productos entretenidos, rápidos, directos y para consumo en tiempo de ocio. Hay coches de lujo y de alta cilindrada corriendo a toda velocidad, motocicletas, malos malísimos y policías valientes. También ráfagas de disparos sin contemplaciones y mucha violencia. En los avisos informativos han tenido que sacar todo el arsenal para que el espectador sea consciente de lo que está viendo. Y no, no hay momento para dar ningún cabezazo.
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