La serie de los mercenarios llega a su cuarta edición estirando las escenas de acción, el uso de las armas y de los enfrentamientos uno contra uno y sobre todo con el humor. Un humor que interpretan a la perfección Sylvester Stallone y Jason Statham que se divierten en los planos medios repartiendo puñetazos y admirándose mutuamente.
Me disgustó el inicio de la película. Cuando arranca la escena sabes que te esperan cinco o diez minutos de acción desenfrenada con imágenes espectaculares, diversión, humor y muchos puñetazos. Y, de repente, hay un cambio de plano y nos llevan a otro espacio tiempo con Barney y Christmas, que no tiene nada que ver con lo que estábamos viendo, ¿cómo se puede cometer ese error en el montaje? ¿qué necesidad hay de sacarnos de esa fábrica de armamento en Libia con esos malos destrozando todo a su paso buscando material nuclear?
El reparto de Los mercen4rios se queda un poco cojo. Aparecen con mucho protagonismo los actores Tony Jaa e Iko Uwais y hasta Andy García se da una vuelta representando a la CIA y compitiendo con Barney que no se fía ni de su sombra. Aunque el que todavía destaca y se lo pasa fenomenal es Dolph Lundgren como Gunnar que siempre a lo suyo, al que nadie hace caso y que tiene que luchar con sus fantasmas de ser abstemio y francotirador fracasado o borracho y ser un soldado espectacular e imbatible.
También aparecen Megan Fox con un papel que le sienta muy bien. Es una mujer dura, con recursos y con mucho poder. Lo mejor es cuando le meten el plano corto en el que se deja querer por la cámara luciendo una piel perfecta.
Los diálogos entre Stallone y Statham son lo mejor de la película aunque son tan fuera de lugar y de época que no son aptos para todos los públicos. En Los mercen4rios Jason Statham tiene mucho protagonismo y la escena en la que ejerce como guardaespaldas del youtuber es de lo mejor por la ironía de justificar su violencia contra la violencia ¡de completo idiota! del protagonista de las redes sociales.
En el cine hubo cabezazos, algunos de ellos tan intensos y prolongados que no me enteré de algunos detalles al final. Probablemente me perdí algún puñetazo, algún disparo y alguna broma que es lo que caracteriza a la película. Las escenas corales en el bar son muy divertidas y muestran la camaradería y el cariño entre los mercenarios y que trasciende la pantalla.
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