La película Agentes 355 (The 355, en original) es un ejemplo de que el cine de acción realizado por mujeres, el michú -metoo- del empoderamiento, consiste en denigrar al hombre, en esta ocasión todos son idiotas e inútiles, en realizar escenas de acción con cortes de plano para disimular, y, sobre todo, en construir una especie de ONU de espías dispuestas a salvar al mundo de los malos y de los hombres. The 355 es un gazpacho de actrices y razas del mundo (si se siguen llamando así), algo parecido al mapa que teníamos en la EGB para ilustrar la diversidad mundial.
Lo mejor de la película es que tiene estupendo mcguffin, ¿quién quiere saber qué herramienta es una que es capaz de destruir el mundo y cabe en una cajita que se conecta por un puerto USB a un ordenador? Es un dispositivo maravilloso. Es la caja de Internet de IT Crowd.
Aunque la acción es buena se puede decir que a las chicas les falta contundencia, muchos planos, planos cortos y escenas de lucha muy similares a lo que se puede encontrar en una serie de televisión. La que más se mete en el papel es Diane Kruger, que al parecer sustituyó a Marion Cotillard que, quizá, huyó despavorida del ofrecimiento.
Otro mensaje positivo incluido en la película, y resulta extraño en esta deriva comunista, es el de la familia. Penélope Cruz, con acento colombiano, valora y respeta la importancia de la familia y es uno de los factores que despierta su actitud guerrera y que no tiene nada que ver con la de psicología a la que se dedica en el mundo real del espionaje.
The 355 es un homenaje a la primera mujer espía en la revolución americana, en torno a 1780, que tenía ese nombre codificado.
La película es para dar dos o tres cabezazos a pesar de que existe mucha acción, rodaje en ciudades de todo el mundo y mucho glamour con las actrices vestidas de noche antes de pasar a la acción. No sé si habrá más partes aunque espero que sea suficiente con ésta. El director Simon Kinberg puede dejar de sufrir y dedicarse a la producción donde tiene una carrera brillante que incluye la de Abraham Lincoln a caballo matando zombis con un hacha.
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