La caja Kovak está dirigida por Daniel Monzón. Todavía estaba aprendiendo el oficio aunque el talento ya se le nota en muchas escenas con buena narración para entender lo que pasa. Es la tercera película de Daniel Monzón después de El corazón del guerrero, de la que no me acuerdo, y de El robo más grande jamás contado que anticipaba personajes y situaciones que hemos visto después en otras películas.
En La caja Kovak Daniel Monzón se pone serio, que tampoco le hace mucha falta, y pone a Timothy Hutton junto a Lucía Jiménez a intentar resolver un caso de ciencia ficción y de dominación de la personalidad humana. Él es un escritor norteamericano autor de best sellers y ella es una viajera que pasaba por allí. La isla de Mallorca sirve de excelente escenario para recrear una historia de experimentos con humanos. Cualquier cosa comparada con lo que hemos vivido en la década de los veinte del siglo XXI nos parece un juego de niños.
He visto la película en versión doblada y aunque creo que el doblaje no le beneficia también el montaje podría haber mejorado. En todo caso hay escenas muy potentes y atractivas que reclaman la atención: lanzamiento al toldo, escenas en el avión, las cuevas del final y muchas más.
Tener al ser humano bajo control es un deseo de muchos dictadores o psicópatas, o ambos, y aquí se hace realidad en una historia de ciencia ficción entretenida. Un mecanismo de activación es suficiente para conseguir tener dominado al personal y que hagan lo que el malvado científico quiera.
Lucia Jimenez interpreta a Silvia y me gusta su papel porque Daniel Monzón la lleva al límite en muchas escenas. Por ejemplo cuando no puede moverse o cuando cae al suelo después de atravesar el toldo. Son imágenes muy poderosas que Lucía Jiménez resuelve estupendamente. Junto con el escritor forman buena pareja aunque la chispa no termina de prender y se quedan en una pareja de amiguetes. No hay mucha empatía en la relación y el guión tampoco trabaja en que se animen a algo más.
El final en las cuevas del infierno es notable y la amplitud de las grutas en la isla de Mallorca le sienta bien a la película. Daniel Monzón es de Mallorca y me imagino que quiso darle una oportunidad. En La caja Kovak se nota la ambición del director por ofrecer mucho contenido cuando no es necesario. Cuanto más sencilla la historia mejor, y aquí sobran contenidos que, como siempre en los noveles, forman parte de sus ganas de contar muchas cosas.
Daniel Monzón ha evolucionado muy bien y en Las leyes de la frontera es posible que haya encontrado una estupenda madurez para seguir evolucionando sin estridencias y con sobriedad. En La caja Kovak no nos engaña nunca y nos ofrece mucha transparencia para entender el relato que incluye mucha ciencia ficción. Un algo implantado en la gente hace que pueda ser manipulable y pueda llegar a cometer suicidio. Un arma así es de una potencia tremenda y vista, muchos años después, parece que podría llegar a suceder muy pronto. Las redes sociales pueden ser catalizadores para influir en el comportamiento humano y es mejor no pensarlo. Se lo dejamos a Daniel Monzón por si le apetece volver a la ciencia ficción.
Más información | imdb
Más información | Flixolé
Sigue la conversación en @elepesypelis
En el ‘Cabaret’ viven las esperanzas de la humanidad que huye de su decepción permanente
En ‘All that jazz’ Joe Gideon es un retrato de Bob Fosse con la vida marcada por los excesos
‘Portero de noche’ es una atrevida visión de Liliana Cavani de lo que pasa después de la guerra
En el ‘Cabaret’ viven las esperanzas de la humanidad que huye de su decepción permanente
’24 hour party people’, la música y el talento de Tony Wilson