Will Smith tomó el control de la película El método Williams para convertirse en el protagonista interpretando a Richard Williams, el padre de las dos líderes del tenis Venus y Serena Williams. Y así como Will Smith se llevó el Oscar por su interpretación el padre de las Williams fue capaz de crear a unas de las mejores deportistas de todos los tiempos. Porque no era sólo una, eran dos. Y éso es lo que hizo que Rick Macci, el último entrenador que aparece en la película, se decidiera por ellas, veía un potencial multiplicado por dos con las excepcionales hermanas jugadoras.
Y es que Richard Williams supo inculcarles el método, la mesura, el equilibrio, la disciplina y la pausa y, según se ve en la película, en ningún momento las niñas fueron capaces de contradecir las ilusiones de los padres. Sólo cuando Venus decide presionar a su padre para poder jugar en torneos profesionales se produce el punto de inflexión. Hasta ese momento las niñas obedecían y callaban mientras trabajaban con disciplina, pasión e ilusión.
La película no es una historia de deportes al estilo de las de Disney. Aunque se ve cómo las niñas progresan y aprenden al estar basado en una historia real no termina de tener la épica que nos gusta en las películas de deportes. Las imágenes de los entrenadores con las niñas, aunque bajo la atenta supervisión del padre sí merecen la atención porque ahí es dónde se veía cómo respondían a diferentes impulsos, a diferentes situaciones y dónde se les mostraba su posible futuro menos condicionado por el método del padre Richard Williams.
El papel de Rick Macci lo realiza Jon Bernthal que lo hace muy bien y no es necesario ni que pegue puñetazos ni que haga ningún disparo. Es un profesional del tenis que entiende la necesidad de Richard Williams para que las niñas tengan un entorno que les favorezca, que ve el potencial de las niñas y que sabe que cuidar la cantera de talentos requiere de muchos factores que no siempre se pueden controlar.
Muchos chicos que parecía que podrían ser diferenciales se quedaron en el camino aunque llegar al número uno está al alcance de muy pocos lo que es extraordinario es mantenerse en esa posición durante muchos años. Para Richard Williams atravesar la adolescencia sin volverse locos y dejando un poso estable para no verse tentado en el futuro por tantas riquezas y tantas malas intenciones, era una prioridad y protegió a sus hijas hasta que no pudo más. No me acordaba de Jennifer Capriati y de su triste historia aunque después supo remontarla.
Y lo mismo con los contratos de las grandes marcas deportivas. Muchas tentaciones, muchos sueños que podrían no cumplirse y ante los que Richard Williams, y toda la familia, se mantenían firmes y unidos. Su sacrificio valía la pena porque en un mercado de oferta y demanda supieron elegir, al menos al principio, supongo que después también.
El trabajo de Richard Williams es excepcional porque consiguió crear a dos tenistas temibles que fuera de la pista se comportaban también de forma extraordinaria ayudando y colaborando por el bien de la sociedad. No está nada mal para unas chicas de Compton.
Es una buena historia El método Williams en el que el protagonismo lo tiene Richard Williams, King Richard se llama la película en original. Las niñas se dejan guiar y obedecen a sus padres con devoción. Las escenas de violencia las recibe Will Smith hasta que consiguen hacerse un nombre en el vecindario y empiezan a ser respetados. Hay un momento en el que la historia podría haber sido otra, afortunadamente Richard Williams pudo escapar de la tentación y el trabajo con sus hijas tuvo su recompensa.
No hay opción al cabezazo y la película se disfruta aunque ofrece una visión edulcorada del sueño americano. Y sí, Arancha Sánchez-Vicario aparece como una deportista temible aunque con un comportamiento dudoso frente a su rival, la joven de catorce años Venus Williams, a la que derrotó fácilmente en el segundo tramo del partido.
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