American fiction tiene un montón de historias en su interior. Me encantan todos los personajes, son magníficos y tienen mucha vida propia, podríamos ver películas interpretadas de cada uno de ellos y siempre serían interesantes. Los de Lorraine y Maynard son de lo más tierno y sensible. Sin embargo la película es mucho más. Es un Jeffrey Wright, como Thelonious ‘Monk’ Ellison espectacular que estaba protegido por su padre y que, cuando faltó, puso toda la familia patas arriba dejando a Monk con poco recorrido: profesor, intelectual, torre de marfil y solitario desafiando el mundo.
La película, la primera dirigida por Cord Jefferson, que escribió la serie Watchmen, cuenta la historia de la oportunidad que pone la vida a su disposición y que Monk aprovecha completamente. Le cambia la vida, le cambia el amor, le cambia la familia y le cambia el escaparate que se llena de sus libros para convertirse en un superventas. Y en cualquier historia que vemos con Jeffrey Wright sufriendo, transformando, evolucionando, entendiendo su vida, los espectadores nos podemos enganchar. Las historias familiares son emocionantes, también su vida amorosa ¡cómo son las miradas! y cuando tiene que vender su libro ¡es capaz de llegar al extremo!
Thelonious «Monk» Ellison es un personaje muy divertido. La película engancha desde la primera escena. ¿Será Cord Jefferson un director que mantendrá este mensaje? Nos encanta que la del ¡pelo verde! salga de la clase. Sin embargo Monk tiene muchas más tragedias y la película, forzada aunque bonita, nos explica que el autor, desde su torre de academia, está enfadado y rabioso porque nadie le hace caso ¡por su capacidad y talento! y al final se inventa una fórmula, medio en serio, medio en broma, que terminará con una escena hilarante que nos gusta aunque es un truco para terminar la película.
Jeffrey Wright es un actor estupendo, le habíamos visto como Felix Leiter en las últimas de James Bond o como el Teniente Gordon de The Batman. Aquí cumple con creces en la película con sus silencios, sus miradas, sus miedos y, en versión original, su forma de suplantar el acento del hombre delincuente en el que se tiene que convertir. Su personaje es muy bonito aunque está lleno de dolor y sufrimiento. Además de mucha exigencia familiar y mucho escepticismo de lo que es la sociedad americana que todavía no ha resuelto el concepto del blanco y del negro.
No hay opción al cabezazo en American Fiction, es una película que se ve con enorme atención y que se disfruta. Los personajes son magníficos y la diferencia de las razas sigue siendo un tema de conversación en la América del norte. Es maravillosa la escena del taxi o las referencias, bien metidas, a Straight Outta Compton. El mundo editorial también sale retratado y los clientes, ¡los lectores de la compra por impulso y para la pila! son los que deciden dónde están los autores. Aunque hay mucho más en American Fiction, sobre todo el carrerón que le deseamos a Cord Jefferson porque sabe contar historias muy bien, con buen pulso, excelentes imágenes y atractivos ambientes. ¿Cuántos Oscars se llevará de los cinco a los que está nominada en la edición 2024?
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