Un contratiempo es un accidente o un suceso inoportuno que obstaculiza o impide el curso normal de algo. En este caso a los personajes interpretados por Mario Casas y Bárbara Lennie el contratiempo es una historia tremenda que tendrá repercusiones en la vida de los dos protagonistas y que la película cuenta estupendamente. Toda la película es un enorme volver atrás y aunque hay momentos de duda entre lo que ves y lo que realmente pasó finalmente se resuelve y triunfa el bien.
Dos jóvenes ambiciosos y llenos de pasión comparten su amor en secreto a espaldas de sus parejas. Cuando aparece el contratiempo deciden convertirse en personas horribles y a partir de ahí todos los acontecimientos se desatan de forma descontrolada y difícil de parar. Muy difícil porque enfrente aparecen los personajes de José Coronado y Ana Wagener que deciden coger y no soltar la presa hasta que la tienen a sus pies.
La película se pasa rápidamente gracias a los retornos al pasado y a las múltiples visiones que se cuentan desde el futuro. Hay momentos en los que ya no sabes que creerte ¡¿será todo una invención?! aunque la historia es muy clara.
La ambición está reñida con la realidad y no es fácil eludir las responsabilidades porque tiene consecuencias. El personaje de Bárbara Lennie propone una salida delictiva como respuesta al contratiempo aunque el de Mario Casas lo ejecuta con total frialdad y es capaz de ir mucho más allá.
Los cuatro actores están contundentes aunque brillan los más veteranos. El personaje de Bárbara Lennie se defiende bien en el inicio aunque pronto se ve superada por la frialdad del empresario que no duda en construir una trama que es la que enriquece y sirve la película con elegancia, ritmo y demandando nuestra atención.
Es Contratiempo un buen thriller aunque le falta más fuerza a los personajes que son malvados, son más interesantes los que dan la réplica, especialmente el de José Coronado que recrea a un personaje sobrado de actitud y de ambición por saber la verdad.
El director Oriol Paulo sabe lo que quiere contar y lo hace estupendamente. La ambientación y los escenarios elegidos son adecuados. El empresario tiene una empresa en Barcelona en la que la modernidad, la sobriedad y la funcionalidad son claves. El entorno vacacional en el que se desencadenan los acontecimientos es también un personaje adicional que suma a la historia. Los personajes son muy buenos y contundentes y los secundarios, luce en cada aparición Francesc Orella como abogado al que no le gusta que le tomen el pelo y que cree a pie juntillas a su cliente.
No se puede dar ningún cabezazo en Contratiempo. Todo lo contrario hay que estar muy atento y pendiente de los detalles. Quizá el personaje de Mario Casas es el más pobre de la película porque aunque la lleva toda él y su asqueroso comportamiento sin embargo no tiene que recurrir a ningún recurso dramático y todo fluye sin que tenga que interpretar en planos cortos, de larga duración y con intensidad dramática.
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