A Fernando Colomo le gusta el cine y hacer cine. No parece querer convertirse en un especialista en comedia y por eso, a lo largo de su carrera, ha desarrollado su talento artístico por otro tipo de contenido más alejado de la comedia loca, que, no lo neguemos, es donde mejor se desempeña.
En el El caballero del dragón tuvo mucho presupuesto y medios alrededor para conseguir una película completa de temática de ciencia ficción. Aunque el paso del tiempo no le sienta mal parece que el guion lo hicieron como muchas cosas que hacen los españoles, quedándose en la superficie y no profundizando, que ahí es dónde está el talento.
Es el año 1985 y entre los artistas que le ayudaron con los recursos de ficción estaba Alfonso Azpiri, que contribuyó creativamente con la nave y con la armadura. Que son, además, de lo que mejor resiste el paso del tiempo. La música también es muy completa y siempre que hay nave espacial hay música que complementa muy bien la historia.
Los actores Harvey Keitel y Klaus Kinski se los debieron pasar bomba en España rodando. Fernando Rey hace de religioso completamente cerrado a la ciencia, al progreso y a la modernidad. A Harvey Keitel le dieron un papel de caballero idiota que parece sacado del Gastón de La bella y la bestia. Y Klaus Kinski está entre la brujería de Conan y la magia de Excalibur.
El guion es de Miguel Ángel Nieto, Enrique Ventura trabaja en los diseños y ya hemos dicho que Alfonso Azpiri, junto con Juan Giménez, trabajaron la ciencia ficción.
Hay momentos corales en la película en la que el vestuario es tan cutre que parece que estás viendo una película de Esteso y Pajares, sin su gracia, y con Mariano Ozores en la dirección. Sin embargo tiene historias muy divertidas como la del Caballero verde que, desde la defensa del puente, intenta liquidar a todo aquel que pase y sucumbe una y otra vez a cualquier viajero que le aborde. Es un papel por el que siempre será recordado José María Pou y con el que se lo debió pasar muy bien por su excentricidad. Miguel Bosé, como caballero espacial, está un poco cansino con los pitidos de la telepatía y afortunadamente no tiene mucho que actuar salvo al final. El cantante y actor estaba en aquel momento en toda su juventud y se arriesgó con un papel importante en una historia en la que triunfaba el amor galáctico.
Y es que El caballero del dragón es una gran historia de amor con final feliz en el que una princesa, un poco inmadura aunque muy bien interpretada por María Lamor, consigue enamorar al viajero espacial y queda prendado de su belleza, de su pasión y de su amor sacándole, además, una vena guerrera y valiente que queda muy bien para rematar la película.
No se da ningún cabezazo aunque las ambientaciones corales son un poco de vergüenza ajena. Es raro ver a Fernando Colomo fuera de su ambiente de comedia loca aunque es tan profesional que la película se deja ver y quieres saber qué le pasa al caballero del espacio.
Y recordemos que los personajes de Fernando Rey y Harvey Keitel todavía andan dando vueltas por el espacio, uno maldiciendo su suerte como caballero sin princesa y el otro todavía intentando buscar justificaciones para que no triunfe el amor.
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