‘El agente invisible’ con Ryan Gosling y Chris Evans entretenidos con mcguffins

‘El agente invisible’ con Ryan Gosling y Chris Evans entretenidos con mcguffins

A Ryan Gosling hacía mucho tiempo que no le veíamos en el cine. Desde la película del astronauta del 2018 no nos había ofrecido sus dotes de actor. En esta película de El agente invisible (The grey man) reparte bastante entre peleas cuerpo a cuerpo, saltos acrobáticos y disparos al muñeco que siempre acierta. Sus diálogos son cortos y está un poco perdido a costa de los mcguffin que hay en la película.

El rival es Chris Evans que tiene toda la pinta de que quería ser el malo y vestirse con ese jersey de rombos de punto para vaciar los stocks de las tiendas de moda por todo el planeta. Lo mismo con su peinado y con su bigote. Interpreta a un personaje, aparentemente despiadado, aunque rodeado de inútiles a los que no sabe liderar y que si cumplen su trabajo los elimina y si no también. Los mcguffins de Ryan son los mismos que los de Chris y así avanza la película sin que pase nada.

Cartel promocional para pantallas grandes y para Netflix

Del reparto el único que me gusta es Billy Bob Thornton que es un camaleón y puede hacer cualquier tipo de papel. En esta ocasión es un reclutador de la CIA que ofrece a Six, el personaje interpretado por Ryan Gosling, un mecanismo para sobrevivir fuera de la cárcel a cambio de hacer trabajos para la administración americana. Six es un campeón como agente secreto y cumple sus misiones sin rechistar y con éxito. Por ahí hay mcguffins que ni sienten ni padecen y ayudan a hacer avanzar la historia.

La película es una suerte de escaparate de viajes por ciudades del mundo que son las que tocan ahora para estar de moda. Hay que animar a la gente a viajar y con esta promoción mundial se pueden conseguir fácilmente que estos destinos incrementen su número de viajeros. Además la acción.

Hay peleas, golpes, puñetazos, golpes cuerpo a cuerpo, explosiones, disparos y también carreras con un tranvía como protagonista. Aparece hasta un actor con la melena lacia como aquel oriental que participaba en las películas de los años ochenta y para el que pronto terminaba su actuación. Aquí sucumbe también rápido debajo de un coche aplastado mientras disparaba con una ametralladora en una tronera adaptada. Y todo avanza por la búsqueda de una tarjeta que incluye información al estilo de un mcguffin.

El algoritmo de Netflix sigue generando productos de cuestionable calidad a gran velocidad y con altos costes, 200 millones de euros he leído que es el presupuesto. El contenido es muy entretenido y reúne muchas repeticiones de otras historias vistas en pantalla grande. Al juntar todas las piezas queda un producto frío, con escaso impacto para que perdure en el tiempo y con actores que se saben situar en los planos y que construyen la acción aunque sin ninguna emoción.

La película se pasa rápido entre explosiones y peleas y no da tiempo a dar cabezazos aunque algún bostezo se escapa. Lo mejor es Chris Evans de malo, malísimo que lo hace bien aunque está rodeado de tanto inepto que su plan se diluye como un azucarillo y nunca terminas de entender el mcguffin. Ni falta que hace.

Más información | imdb

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