La película Count me in, en España Cuestión de ritmo, está dirigida por Mark Lo y presenta un acertado repaso por los músicos que se sientan, y se han sentado, en la batería, de grandes bandas de rock de la historia. En la película aparece Roger Taylor de Queen, Nick Mason de Pink Floyd, Taylor Hawkins de Foo Fighters, Cindy Blackman de Lenny Kravitz, Samantha Maloney de Mötley Crüe, Stephen Perkins de Porno for Pyros, Topper Headon de The Clash, Chad Smith de Red Hot Chili Peppers, Stewart Copeland de The Police o Nicko McBrain de Iron Maiden, entre otros. La película se acaba de estrenar en cines 28 de abril.
Cuestión de ritmo es una emocionante celebración del arte de tocar la batería. Además de todos los bateristas mencionados y que aparecen en la película con sus declaraciones, lamentablemente Taylor Hawkins falleció poco después, también aparecen bateristas de todos los tiempos: Keith Moon de The Who, John Bonham de Led Zeppelin, Ginger Baker de The Cream, Ringo Starr de The Beatles y Charlie Watts de The Rolling Stones. Todos los bateristas muestran sus ilusiones, sus inspiraciones, sus orígenes, sus ilusiones y sobre todo la pasión que supone tocar delante de miles de personas marcando el ritmo de la banda.
Tocar la batería es el arte de desmembrarse con estilo y marcar un ritmo y conseguir sonidos diferenciales que marcan una canción, una actuación y una forma de ser de la banda de rock.
De todas las declaraciones que aparecen me encanta Stephen Perkins, batería que fue de Jane’s Addiction y Porno for Pyros, dos grupos de los que sólo soy capaz de recordar una canción. Y es que toda la movida de los años noventa que fue la MTV me la perdí porque la adolescencia pasó en los ochenta y tenía que empezar a ganar otras responsabilidades. Aún así todavía me acuerdo de Pets, un ejercicio divertidísimo de Porno for Pyros en el que la batería de Stephen Perkins es uno de los elementos clave para hacer de esa canción un hit atemporal.
Hay otros baterías que se sueltan y que cuentan muchas experiencias. Nicko McBrain de Iron Maiden, grupo del que no conozco ninguna canción y que tiene en su líder, Bruce Dickinson, a un genio, explica muchas de sus inspiraciones. Y es que Nicko toca muchos ritmos y enumera a muchos de los baterías icónicos de todos los tiempos. Además de que valora a sus contemporáneos. También Chad Smith, de Red Hot Chili Peppers, se muestra como un gran batería, conocedor de muchos estilos y estudioso del instrumento. También acompañamos a Jess Bowen buscando una batería en el almacén del doctor de las baterías. Ese lugar es auténtico porno para los aficionados porque hay material para soñar tocando la batería.
El documental cuenta cómo el ritmo inspira a los baterías y cómo tienen que construir nuevas experiencias para darle más valor a la banda. Por ejemplo Charlie Watts, de The Rolling Stones, ofrece un estilo de batería de jazz en una banda de rock que hace diferencial a sus satánicas majestades. La contundencia en los ritmos de Ginger Baker hace que The Cream sea una banda que se mantiene como referente en la historia con tres músicos: el propio Ginger Baker, Jack Bruce en el bajo y Eric Clapton en la guitarra.
También es diferencial Stewart Copeland que en The Police hizo que la música brotase desde la batería a la que acompañaban la voz y el bajo de Sting y la guitarra de Andy Summers.
Y luego hay mucho rock, mucha contundencia, mucho ritmo infinito y mucho estadio disfrutando al paso que marca la batería. Es muy contagiosa la ilusión y la pasión de Samantha Maloney a la que creo que se le ve ¡los padres ya grababan a sus hijos en los años noventa! recibiendo su primera batería, el drum set. Samantha Maloney estuvo de gira con los Mötley Crüe y cuenta cómo fue esa experiencia.
La batería es una herramienta magnífica para quitar el estrés aunque desmembrarse con estilo es otra cosa, olvidar lo que hacen los miembros, brazos y piernas, que se rompen para construir un ritmo, es muy difícil. En el inicio de la película se ve a un grupo de baterías, aunque también tocan tambores, llevando el ritmo en el observatorio del Monte Wilson en Los Ángeles a una altura de casi 2.000 metros y lanzando sus sonidos al espacio si esas antenas fueran emisoras, que no lo son.
Así que Cuestión de ritmo explica cómo se puede tener ritmo sin música y que lo que no es posible es tener música sin ritmo, por eso los baterías son clave en la historia del rock. Es un documental absolutamente imprescindible para todos los amantes del rock y no podrás dar ningún cabezazo porque estarás marcando el ritmo, como hacen todos los baterías que aparecen en el documental.
A continuación se puede ver un tráiler de la película distribuida por A contra corriente films:
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