‘Bullet train’ con Brad Pitt sirviendo karma y esperanza a raudales

Brad Pitt ha evolucionado hasta llegar a ser un actor que sólo con su presencia llena la pantalla. La interpretación ya no es tan importante y él se siente bien cuando se planta delante de la cámara y hace lo que tiene que hacer. En Bullet train mantiene ese rol que empezó a mostrar actuando con Tarantino, la mejor interpretación es Érase una vez en Hollywood, un cuento de hadas en el que interpreta a un príncipe valiente, y aquí es un asesino profesional despistado, eficaz, rápido y con mucho derroche de karma para sus enemigos.

De Lemon and Tangerine, la pareja de asesinos que tropiezan con el personaje de Brad Pitt, quizá Tangerine, interpretrado por Aaron Taylor-Johnson, es el que mejor interpreta y hace suyo el papel demostrando que había un gran actor en aquel Kick ass de hace años. La película es muy coral y hay personajes por todas partes, aunque el tren es el verdadero protagonista con escenarios, luces, ambientes y unas estaciones en las que la parada, de un minuto, no dan respiro a los protagonistas que, al final, llegarán a su destino ¡y vaya destino!

La ambientación en el interior del tren es magnífica. En ningún momento se siente la monotonía que ofrecen filas y filas de asientos. Por el contrario lo que hay es mucha creatividad, dibujos, personajes y sobre todo luces. También los techos de los vagones, una especie de cristal transparente, que ayuda a ver las escenas con más profundidad y con mejor decoración.

Y luego hay situaciones para completar lo que puede pasar en un tren. El clásico vagón de bar, el momento del baño ¡cómo son los chorritos! y las estaciones de tren. También aparece hasta el espacio del maquinista, o como se llamen ahora porque parecen operadores de una central nuclear, en el que hay escenas sorprendentes.

En la película hay un maletín aunque no es un mcguffin. El interior se puede ver en más de una ocasión y además tiene final sorpresa. Hubiera sido un buen elemento para trabajar en Bullet train aunque toda la película tiene ritmo, personajes sorprendentes y un Brad Pitt que se lo pasa muy bien aunque él lo que quiere es vivir tranquilo, crear buen ambiente y sin sobresaltos.

Y luego están los malos, que son fascinantes e implacables. Un señor feudal rodeado de esbirros que es traicionado y un nuevo amo más cruel y sádico con todo lo que le rodea. Quizá aquí está el mcguffin y es que los malos no se termina nunca de saber ni de dónde son ni a qué se dedican. Sin embargo son muy productivos y toda la película crea situaciones de tensión entre los protagonistas dejando, además, que unos, siendo todos malísimos, nos dejen empatizar con ellos.

Está entretenida y divertida Bullet train aunque algún cabezazo se puede escapar entre alguna de las paradas del tren. Los actores están muy bien aceptando los retos del tren: aceleraciones, paseos por el interior y exterior, disparos, serpiente y somníferos. Todos salen airosos aunque el más divertido es Brad Pitt intentando pasar desapercibido con su sombrero de pescador, su buena actitud y su facilidad para sobrevivir a cualquier situación.

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