Intento escribir esta pequeña crónica saliendo de la sala de proyección bajo el influjo aún de derroche de belleza y armonía en la que me he visto envuelta. ¿Cómo puede concentrarse en las imágenes tanta fuerza, tanto misterio, tanta armonía y equilibrio?
Basada en la novela de Marcel Ruff «La pasión de Dodin Bouffant» publicada en 1924 que está ambientada a finales del siglo XIX. La historia cuenta la relación que mantuvieron durante veinte años la cocinera Eugenie y el gourmet Dodin en una finca francesa entre fogones que traspasan la relación culinaria. Dirigida por el franco-vietnamita Tran Anh Hung, quien ganó el premio a la mejor dirección en el último festival de Cannes, la película hace alarde de una recreación monumental, visual, emocional, real, de una Juliette Binoche (Eugene) que enamora a la cámara en cada escena, junto a un Benoit Magimel (Dodin) que la secunda prodigiosamente.
El paralelismo entre cocinar y amar a las personas que te rodean a través de las recreaciones toma protagonismo total en la película: «en la mesa converso con ustedes a través de lo que comen».
Significativo es que la película prescinde en ocasiones de música u otros artificios. Es el ruido de las cacerolas, los colores, las texturas, las verduras cortadas, la cocción, el humo… Lo que Tran dedica a los espectadores, a través de imágenes, excelente director de fotografía Jonathan Ricquebourg, que no palabras.
Muchos dicen que el director ha querido rendir un homenaje a la cocina francesa, al arte de vivir y disfrutar.
Las escenas hablan de carisma, de recetas, del cuidado a la hora de elegir los cubiertos ¡una tortilla se come mejor con cuchara para apreciar más el sabor! También de los personajes en las sobremesas, de las conversaciones, del tiempo entre estaciones y de los alimentos que éstas procuran en las mesas siendo el otoño la mejor para el protagonista Dodin.
Es el director «quien aspiraba a crear una emoción que venía directamente del propio arte del cine» entre tanta elaboración como los cangrejos, la tortilla noruega, las cigalas, consomé, rodaballo y los vinos, igual de importantes que acompañan a los manjares. Se cita a Angonin Careme, el rey de los chefs, y a Auguste Escoffier quien junto a Ritz inauguraron, dentro de la hostelería, el primer sitio gourmet para deleite de los sentidos.
«El descubrimiento de un manjar hace más feliz a la humanidad que el descubrimiento de una estrella», así lo comentan los cinco amigos que tienen el privilegio de degustar las elaboraciones del Napoleón de la cocina, en el transcurso de animadas y ceremoniosas comidas.
La comida como acto de amor
La relación entre Dodin y Eugene. La cámara que se mueve, que sube y que baja hacia el plato sirviendo al espectador un espectáculo para los sentidos. Magia y exquisitez. La última secuencia con una toma de plano circular girando trescientos sesenta grados para ir enumerando el paso de las estaciones por los distintos rincones con una fotografía magistral mientras nuestros protagonistas desarrollan una conversación en la cocina.
A fuego lento ha sido producida por la francesa Curiosa Films y coproducida por France 2 Cinema, la belga Umedia y la francesa Gaumont. El film es la candidata francesa a los Óscar y se estrenará en cines el próximo 20 de noviembre de 2023.
Más información | imdb, A contracorriente films
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