Tilda Swinton interpreta a Alithea, una erudita británica un poco triste y solitaria, que, en un viaje a Estambul encuentra a un Djinn en una botella. La aventura comienza cuando el Djinn, interpretado magníficamente por Idris Elba, le ofrece tres deseos a cambio de su libertad.
La película nos cuenta cómo triunfa el amor, más de tres mil años después, y con todas las aventuras que ha vivido el Djinn a lo largo de la historia. Alithea es muy racional y escéptica aunque la interacción con el Djinn, preferentemente en albornoz y contando y escuchando historias, le despierta la pasión y entre los dos descubren ¡y viven plenamente! la libertad y el amor.
La química entre la pareja protagonista es espectacular. Los dos mantienen la atención en el otro y sus apariciones, como si fuese un teatro con esa ambientación en albornoz, les sienta estupendamente. Son grandes actores y se les nota que se lo están pasando bien.
El Djinn le cuenta historias magníficas a Alithea, es una especie de cuentos de las mil y una noches con grandes escenarios, buenos personajes y un sufrimiento, el del Djinn, que no consigue liberarse a lo largo del tiempo. La ambientación de las historias es estupenda aunque en algunos momentos parecen más entretenidas que lo que pasa en la relación entre el Djinn y Alithea. También las aventuras de Simbad el Marino podrían ser una inspiración para la película y las historias que cuenta el Djinn nos recuerdan a los cuentos que leíamos de pequeños.
… y no hay que perderse. Porque Alithea cocina a fuego lento su transformación, su deseo, su pasión y su amor. Y el Djinn se deja querer aunque tiene tanto tiempo de espera y ha vivido tantas aventuras que piensa que ésta puede ser una más. Y no, Alithea tiene buenas respuestas.
La ambientación de la película, el ritmo, la historia y los personajes son magníficos y toda la película se pasa volando. No es una película fácil porque las resistencias de Alithea son muy poderosas y el Djinn tendrá que trabajar muy duro para vencerlas.
No hay oportunidades para los cabezazos en Tres mil años esperándote. Idris Elba muestra su versatilidad como actor aunque haya muchos efectos especiales para enriquecer su papel. Es un gran Djinn y te apetece conocerle aunque como le pasa a Alithea, sería difícil pedirle deseos. El que más nos enseñó a relacionarnos con un genio es el Aladino de Disney porque le volvía loco mientras conseguía sus planes. Aquí no llega tanto Alithea aunque sabe adaptarse al Djinn y sobre todo aprende a cambiar, el trato con sus vecinas en el vecindario de Londres demuestra que no tenía que pedirle ningún deseo al Djinn.
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