Hacía mucho tiempo que no veía la película The deer hunter o El cazador como se la conoce en España. Es la película que el director Michael Cimino estrenó en 1978 y que sigue gustando a generaciones enteras. Es una película de tres horas que se te pasan volando.
Tiene tres partes muy bien diferenciadas. Al principio es una vida de amigos que trabajan, que se divierten, que cantan, que son ajenos al horror de la guerra, que son escépticos ante las palabras del boina verde en el bar y que quieren vivir con sus parejas, enamorados, criando hijos y siendo felices. Ese momento se destaca, además, con una boda en la que hay imágenes muy potentes que destacan la pasión de la amistad y la camaradería. Y cazando, les gusta cazar y se desafían en la montaña perturbando la vida del ciervo y capturándolo sin piedad.
El siguiente momento es la guerra en la que no hay imágenes suaves. Todo es miseria, destrucción, salvajismo y un retrato en el que no hace falta dejar claro quién es el bueno y quién es el malo. Todos son víctimas de una guerra sin piedad en la que sobrevivir es el objetivo. Y, además, saber hacerlo para poder vivir con dignidad.
El personaje interpretado por Robert de Niro es el que aparentemente sale mejor parado de la guerra y distingue lo que es seguir viviendo mientras intenta alejarse de un pasado lleno de odio y violencia.
El tercer momento de la película es el retorno a la vieja América en la que están sus amigos, su pasado, su amor no resuelto y su amistad incompleta con la ausencia de los personajes interpretados por Christopher Walken y John Savage.
El final es muy triste aunque lanza un mensaje de esperanza, la vida sigue, es posible recuperar la amistad y aferrarse a ella. Y que es muy importante saber diferenciar lo que es la guerra de lo que te puede llegar a marcar. La ruleta rusa es una perfecta metáfora de lo que es una guerra con mercaderes alrededor apostando y divirtiéndose asistiendo a un combate irracional entre personas.
El Cazador habla de cómo aprender a alejarse de la guerra y a vivir con dignidad a pesar del sufrimiento que genera. Y todo éso es un legado de la película.
En The deer hunter es imposible dar un cabezazo, cada plano cuenta una historia. Cada plano presenta alegría, tragedia, sufrimiento o amor. Y todos se disfrutan tanto que es imposible perderse ninguna imagen.
Más información | imdb
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