En 1956 el director Ladislao Vajda debió llenar la monumental plaza de toros de las Ventas de Madrid de cámaras para filmar una tarde de toros. Lo que pasa en la plaza es lo mismo que pasa cada vez que hay una corrida de toros aunque el cómo se vive, el cómo se cuenta y quién torea siempre es diferente.
En el reparto aparecen los matadores Antonio Bienvenida, Domingo Ortega, Enrique Vera y los actores José Isbert, María Asquerino ¡qué gran actriz!, Marisa Prado y muchos más. La película es muy cortita, son 88 minutos, está grabada en color, ¡el tecnicolor! y tiene un ritmo magnífico. El guión es de Manuel Tamayo que incluye todo lo que puede pasar en una corrida de toros en una tarde cualquiera lidiando seis toros.
En la historia se intuye que puede ser la mejor corrida de la temporada, ¿acaso no es así para cada matador que torea su corrida? El torero Ricardo Puente es un veterano que ya ha visto pasar sus mejores tardes aunque le sobra clase y estilo. Juan Carmona es la gran figura del momento que tendrá que superar un miedo que dura nueve meses.
Y luego está Rondeño II, el joven que toma la alternativa y que es hijo de Rondeño. Me parece que es lo mejor de la película, cómo el apoderado se echa encima del torero y le lleva en volandas al triunfo con toda la plaza entregada.
Además hay momento maletilla, que no creo que se pueda ver en la actualidad en España, un país en el que ‘más cornás da el hambre’ está muy superado. El maletilla es un valiente aunque su participación es efímera. En este caso la historia con el apoderado que pudo ser y no fue es muy emocionante. El plano corto sobre el papel tramposo es un efecto dramático de gran intensidad.
La película es una maravilla para acercarse, el que quiera, a la tauromaquia. Incluye elementos de documental, las cámaras está colocadas de forma sobresaliente, los momentos más intensos de las faenas están muy bien rematados, aunque verlo en la plaza es otra cosa. Lo que piensa un torero es algo muy difícil de entender, en una misma tarde un torero deshauciado llega al triunfo, un torero en plena racha sufre una cogida y un torero miedoso recupera la fuerza de ser torero.
Y hay un primer plano del timbalero, uno de los personajes más importantes e interesantes en una corrida de toros.
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