‘Remando al viento’ y el romanticismo que llegó del frío con Hugh Grant creando mitos

En el verano de 1816, en pleno movimiento romántico, se reunieron en Villa Diodati, en Ginebra, John William Polidori, Lord Byron, Percy y Mary Shelley y Claire Clairmont (hermanastra de Mary Shelley). El encuentro de Villa Diodati respondía al estilo de la época en la que los intelectuales viajaban y se reunían con frecuencia para realizar debates y charlas sobre las preocupaciones de la época.

Y a Lord Byron se le ocurre escribir obras de terror para entretenerse en un verano en el que el clima era típico invernal. Y es que la erupción de un volcán en el Índico provocó un verano con frío y heladas que sirvió como catalizador para que Mary Shelley crease el embrión de Frankenstein, o el moderno Prometeo y Polidori crease la historia El Vampiro y que con el tiempo Bram Stoker convertiría en Dracula. De esta historia, de la que se cumplen más de 200 años, se puede encontrar mucha literatura aunque en mi caso, además de recomendar leer la obra de Mary Shelley, y la de Stoker también, claro, me gusta la visión que hace muchos años realizó el director español Gonzalo Suárez.

En Remando al viento, de 1988, se cuenta mucho de este encuentro y de la pesadilla posterior que supuso para Mary Shelley la creación de esta criatura. La película es una obra maestra de ambientación, de diálogos, de recreación y siempre me fascinó. Cuando la vi por primera vez, de adolescente, me pareció que el director Gonzalo Suárez consiguió extraer de su imaginación una bonita historia que interpretaron y recrearon muy bien actores hoy muy famosos como Hugh Grant.

También creo que estos personajes son como unos anticipos de los superhéroes del siglo XX, y que todavía revisamos en el siglo XXI gracias al cine. Y es que las características que imprimieron a sus personajes los han hecho inmortales.

Son historias que surgen de un cambio de ciclo en el que hay un vértigo a lo que viene y que se convierte en un catalizador para generar historias apasionantes con una imaginación desbordada. Crear vida a partir de la electricidad, unir piezas para conformar un todo, construir más criaturas y animarlas a reproducirse y sobre todo cuestionar su esencia y su realidad. Frankenstein es un personaje fascinante que ayuda a hacernos preguntas y a intentar encontrar respuestas.

En ‘Remando al viento’ la adolescencia y la rebeldía está muy presente. Los protagonistas son jóvenes idealistas, rebeldes, provocadores aunque también muy liberales, con ilusiones y sueños propios de gran intensidad que les animan a desarrollarse. La ambientación es la romántica y claro, hay espacio para las pesadillas y los fantasmas.

Lord Byron empuja durante muchas fases la película con una imagen diferente al resto de la época. A su melena despeinada, le acompaña ser un escritor poco convencional, excéntrico, diferente, aguerrido, comprometido y muy osado. No le gusta la nobleza y la hipocresía que la acompaña.

Junto a Byron está Percy B. Shelly, el padre del hijo de Mary. Mary conoce al poeta en casa de su padre, lo ama y se fuga con él. Esa noche de noviembre de 1816 ella engendra al monstruo de Frankenstein que le perseguirá, como muestra la película, durante toda su vida hasta que decide llegar a los hielos y dejar de remar junto a él.

Y es que Frankenstein genera desgracia al alrededor de Mary. Suicidios y accidentes aparecen en la película y Mary entiende cuál es su participación en todos ellos después de la llegada de la criatura ¡la tragedia romántica!

La película se rodó en inglés, con actores que se manejan muy bien en el idioma y entre los que destaca Hugh Grant, como Byron, Lizzy McInnerny como Mary Shelley, Valentine Pelka como Percy Bisshe Shelley y a Elizabeth Hurley como Clara. El actor José Luis Gómez es Polidori que habla en inglés con acento italiano. También aparecen las jóvenes actrices Aitana Sánchez Gijón y Virginia Mataix. También José María Pou, Miguel Picazo y Bibi Andersen (ahora Bibiana Fernández) que hablan en italiano. La película ganó seis premios Goya en 1989: dirección, fotografía, vestuario, dirección artística, dirección de producción y maquillaje y peluquería,

He leído que la música incluye a Ludwig Spohr, Paganini, Beethoven, Jan Tomaschek, Mozart y Ralph Vauhan-William y en el final del artículo la Fantasía de Thomas Tallis que también se uso, y es la que se incluye, en Master and Commander. La fotografía se luce en las playas de Asturias con una facilidad para juntar el mar y el cielo. Todo el trabajo de Gonzalo Suárez es perfecto e incluye habilidad narrativa, dominio de cine y fotografía. Y por encima de todo está el amor al arte y a la cultura para continuar enriqueciendo el legado.

Entre la ambientación destaca el palacio veneciano en el que reside Lord Byron y en el que Gonzalo Suárez mantiene el plano durante varios minutos. En él se puede ver completamente entera a una jirafa que deambula por la estancia incrementado el papel diferencial y artístico de Lord Byron. En ese plano aparece la Fornarina interpretada por Bibiana Fernandez.

En este vídeo se pueden ver detalles de esta película maravillosa que ofrece romanticismo a raudales. Recordamos que Gonzalo Suárez es el padre de Gonzo Suárez que tiene una carrera artística y de éxito en los videojuegos.

Y en el final la obra Fantasía de Thomas Tallis que, aunque se oiga poco en las películas, parece que sólo en Remando al viento y en Master and Commander, tiene algo que se te clava por ahí y que no te abandona nunca.