‘Pares y nones’, el cine experimental que salía adelante con voluntad

‘Pares y nones’, el cine experimental que salía adelante con voluntad

Los directores españoles de los años ochenta no pueden evitar su gusto por el cine americano y sobre todo por la comedia loca. Si Fernando Trueba tenía tanto que agradecer a Billy Wilder, José Luis Cuerda, como el otro día Fernando Colomo, también le debe mucho al cine rápido, de ritmo frenético y con muchos personajes en situaciones casi teatrales. Y es que no hace falta mucho más para enamorar y entretener al espectador.

Pares y nones es la primera película de José Luis Cuerda que más tarde decidió cambiar el cine que inició aquí. En esta película tenía actores estupendos que se volcaron en la película. Los actores Antonio Resines, con su obsesión por los cuadros grandes, Silvia Munt, que está adelgazando, Virginia Mataix, mucho antes de que las parejas libres se pusieran de moda y Carlos Velat, que hace algo parecido a Woody Allen en Manhattan, están estupendos. Y se puede añadir a Alicia Sánchez que la recuerdo como una actriz capaz de llenar el plano con mucho estilo.

En Pares y nones pasan cosas intrascendentes o no. Hay muchas situaciones absurdas, personajes que entran y salen. La intervención de Agustín González es divertidísima. Y hay otros que no parecen aportar mucho. Por ejemplo, el personaje interpretado por Rafael Izurquiza, que hace avanzar la historia y la relación, sin final feliz, interpretado por Virginia Mataix. Rafael Izurquiza es un personaje clave de mi generación, hacía un programa en la televisión antes de ser espantosa, llamado Pista libre que nos abrió las puertas a un mundo de música, ocio y entretenimiento.

La comedia se sostiene gracias a Antonio Resines que aparece en la mayoría de escenas y que haciendo cuadros gigantes con manchas y churretones, el absurdo le gustaba a José Luis Cuerda, mantiene relaciones de amor y pasión con varias de las protagonistas.

No me atrevo a perfilar a los personajes aunque parece que José Luis Cuerda los tenía muy claros. Seguro que hay mucha experiencia propia entre los ingenieros, los arquitectos, los funcionarios de la televisión y los directores de programas que tenían control total sobre los productos que hacían en invierno o en verano, cuando las audiencias bajaban. También es una historia sobre la búsqueda de algo más ¡el descubrimiento que impulsaba los años ochenta en España! y aquí la metáfora son las parejas, las relaciones y los trabajos.

Para José Luis Cuerda seguro que fue un ejemplo de probar, de aprender, de mejorar y de construir un estilo. Creo que no le gustó tanto la comedia loca como el absurdo, ¡los cuadros grandes!, y por ahí desarrolló su carrera posterior.

Es imposible dar un cabezazo en Pares y nones. Y sí, hay exposición final de cuadros enormes, gigantes, con más situaciones absurdas y clientes, la beautiful people, que sacaba la cabeza para construir una nueva España.

Más información | imdb, flixolé

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