Es Non fiction, una película de Olivier Assayas, llamada también Dobles vidas, que incluye dos historias. El debate entre lo digital y lo analógico desde una editorial de libros que plantea recurrir al libro electrónico y abandonar las estanterías físicas. Y lo enfrenta además a una relación de parejas con engaños, muy francés debe ser éso, que se van cansando de cumplir años y que necesitan ¡lo analógico! vivir en el pasado porque tienen pánico del futuro ¡lo digital!
Así que hay parejas e intercambios que son más divertidas que los debates entre lo analógico y lo digital. Lo digital lo representa la actriz Christa Théret que tienta a la editorial con nuevas visiones para transformar la industria, aunque ella es una joven a la que utilizan para darle más valor a la empresa. Lo que pasa además es que conquista al galán interpretado por Guillaume Canet que debería vivir feliz con su mujer interpretada por Juliette Binoche. Así que la película es más divertida en la historia de las parejas con los amores rotos, reconciliados, los perdones, las penas y el apabullante y acaparador Vincent Macaigne que estruja entre sus piernas a la amante interpretada por Juliette Binoche. Sí, aquí todo son productos cartesianos.
Vincent Macaigne es muy divertido y apasionado en sus papeles. Es el director ¡del propio Olivier Assayas! en la serie de Irma Vep y aquí es un escritor al que la editorial, el marido cornudo, no le quiere publicar por hacer siempre la misma novela. Vincent Macaigne es un poco cansino porque hace los mismos gestos interpretando al director en la serie o al escritor en la película. El actor tiene un enorme talento artístico aunque haberlo visto con tan poca diferencia en el tiempo hizo que me gustase más con su rol en la serie que en la película que me pareció repetitivo y poco intenso.
Dice el cartel de la película que es un poco Woody Allen. Y creo que no. A Woody Allen le sale la comedia siempre, aunque algunas veces hace cosas extraordinarias y diferentes como Match Point. Sin embargo los diálogos aquí no son chispeantes sino abundantes y apabullantes. La historia del debate analógico y digital no tiene ninguna emoción y quizá lo mejor es que las parejas, también sin emociones, son egoístas eligiendo parejas que no les encajan salvo por su ambición de convertirse en algo que no son.
Hay una diferencia de edad entre Juliette Binoche y Guillaume Canet que se nota aunque hacen buena pareja. Pasa lo mismo con Vincent Macaigne aunque me imagino que como a Olivier Assayas le gusta tanto Juliette Binoche pues la saca todo lo que puede. Ya me gustó mucho en Viaje a Sils Maria y supongo que tienen una relación estupenda.
Los actores Nora Hamzawi y Vincent Macaigne son la pareja de escritor y trabajadora a destajo que tienen una relación muy rara. Ella era la script en Irma Vep y es una actriz excelente llenando la pantalla con cada aparición, además sí representa roles diferentes y lo hace muy bien. Aquí está un poco desaprovechada, como casi todos los actores que, claramente, tuvieron que vomitar diálogos intensos, frondosos y apabullantes que nos echan fuera de la película.
La mujer del futuro es Christa Théret que no se corta seduciendo a todo lo que tiene alrededor y provocando discordia donde no debería como buena millenial. Y la pareja clásica y analógica es la que forman Juliette Binoche y Guillaume Canet que tampoco muestran ningún cariño ni relación especial. Los personajes en esta película son superficiales, como el debate de analógico y digital. Y sí, se puede dar algún cabezazo durante el visionado.
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