‘Morbius’ o desde cuándo los chupasangres dejaron de ser vampiros

Morbius es una película de chupasangres. Menudos tragos se echa Jared Leto directamente desde las bolsas de sangre, de la real y de la artificial ¡una creación por la que recibe el Nobel! Aunque también sabe dejar a un ser humano sin una gota de sangre después de chupársela enterita.

Y entonces, ¿por qué no es un vampiro? Pues es algo que no se termina de entender viendo Morbius. Parece que es más un ser humano mezclado con un murciélago que tiene mucho poder, la regeneración, la velocidad, la capacidad de volar… aunque no es un vampiro romántico al estilo de Drácula.

La película está dirigida por Daniel Espinosa, el director sueco de ascendencia chilena que ha dirigido Life y Safe house, entre otras. Es una película del universo Marvel y tiene otros actores muy interesantes aunque muy desaprovechados.

Jared Harris es el mentor de Morbius y no aporta mucho salvo quedarse sorprendido de ver cómo sus chicos se convierten en algo que nunca pudieron soñar que pasaría. Adria Arjona es la chica de la película que está muy desdibujada y que acaba haciendo de Mina aunque sin el romanticismo del vampiro.

Además Tyrese Gibson como uno de los detectives que vigila a Morbius junto con Al Madrigal y que hacen una muy buena pareja ¡¿éso es agua bendita?! aunque están muy perdidos en sus indagaciones.

Los niños estaban acostumbrados a sufrir el acoso y las burlas de sus compañeros. Para luchar contra esos ataques desarrollan su lema: “somos unos pocos contra muchos” Sin embargo cuando Milo descubre todo el poder que tiene se vuelve un asesino despiadado mientras que Morbius mantiene su obsesión por salvar a los niños de la enfermedad.

Después de la primera media hora es fácil dar algún cabezazo. La historia nos echa fuera en algún momento en el que no se sabe lo que va a pasar. El malo de la película tiene un pasado demasiado tierno y adorable como para convertirse en un malvado. Además es un malo con toques de comedia que no termina de tomarse en serio.

Morbius está ambientada en Nueva York y hay un par de escenas de paseos de los artistas con el zoom tan comunes en esta ciudad y que también hizo Fernando Colomo. Hay túneles del metro, escenas nocturnas y visiones desde las alturas. Los efectos especiales son estupendos y la música enriquece todas las escenas. Está muy bien integrada.

Al final de la película hay escenas con Michael Keaton en las que parece que puede haber batalla contra Spiderman. Podrían ser unos buenos malvados y habrá qué ver qué pasa. Sería bueno volver a ver al villano chupasangre enfrentarse a Spiderman, si los inversores quieren.

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