Nikolaj Coster-Waldau y Maika Monroe unen sus fuerzas interpretativas en God is a bullet una película sobre la depravación humana que pasó, pasa y pasará y que se aprovecha de la violencia, el sexo y las drogas para avanzar. Los pandilleros de Estados Unidos, según se puede ver en la película, dominan el uso de las armas, de las drogas, son violentos y consiguen aliados fácilmente ofreciéndose como sicarios. Contra esos personajes y esa maldad tendrán que luchar Bob y Case a la desesperada, a pecho descubierto, y tatuado, y sin ningún apego por la vida. Sólo el amor por la hija de Bob.
Así que Bob, un policía local dedicado mayoritariamente al papeleo, tendrá que pegarse a la delincuente, aunque redimida, Case y enredarse con las bandas más sucias, violentas y salvajes que pululan por Estados Unidos. Es una pelea desigual contra la secta aunque el policía tiene instinto y valentía para superar los horribles momentos. El de la serpiente no lo he visto, por profunda repugnancia hacia los ofidios, aunque a otras personas les puede desagradar la descarga completa de una pistola sobre la cara de una persona, las patadas violentas o las roturas de nariz de las que, una y otra vez, Case es víctima del brutal Cyrus.
Los dos actores están estupendos y en la versión larga, que es la que he visto, hasta el final resulta emocionante y conmovedor. Cómo es posible que dos personas, al parecer está basado en hechos reales, puedan encontrar, destruir y recuperar a la hija de Bob. Pues con mucha pasión, devoción y mucha ayuda divina.
En la película el mal siempre está presente y aparece por donde puede. Sin embargo la película tiene una trama adicional con venganzas, engaños y tiroteos entre personas normales que se acerca, o es peor, a las depravaciones de los malandros que viven entre la furia, la venganza y la violencia más desatada.
He leído que la película tiene malas críticas por el guion y después de ver la película un par de veces lo que parece es que apenas tiene guion. Hay un diálogo entre Bob y Case que explica el título de la película y que, efectivamente es un poco forzado, aunque qué más da. Ahí todavía Bob y Case tienen que pelear duro y muy fuerte para conseguir su propósito.
Todos los actores están estupendos. A Jaime Foxx cuesta reconocerlo con ese vitíligo tan marcado. También está estupendo Jonathan Tucker como un traficante de drogas chillón e histérico. Y por supuesto Karl Glusman como Cyrus que es el mal detrás de una pistola. Violencia y depravación en una sóla persona que, además, crece en la locura y con la locura.
En God is a bullet hay acción, salvajismo, maldad y se retrata perfectamente cómo la cobardía se supera cuando se pone un arma por delante. Es la ley del más fuerte. Y efectivamente, en el cartel se reproducen los disparos de bala en las señales de tráfico. He visto señales de tráfico así marcadas y te deja el corazón en vilo así que toda la aventura de Bob y Case es extraordinaria y llena de valor y amor. El final está estupendo y no se puede dar ningún cabezazo. La música acompaña muy bien las acciones y el que se haya inventado el ataque bajo los fuegos artificiales tiene mucho talento. Nick Cassavetes como director no defrauda nada y a la película le sentará bien el paso del tiempo.
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