Eloy de la Iglesia presentó en el ‘El sacerdote’ todas las visiones de las tentaciones

El padre Miguel es un sacerdote joven y atractivo que se debate entre seguir procesando su fe a Dios, o no. El padre Miguel está interpretado por Simón Andreu que debía tener una complicidad de hierro con Eloy de la Iglesia y se nota en la película por cómo resuelve todas las situaciones. Y es que el padre tiene todas las tentaciones posibles y a todas se enfrenta con la disciplina bien aprendida.

Al confesionario se acerca una mujer madura, la bella Irene interpretada por Esperanza Roy, casada y con un hijo, que le confiesa todos los detalle y claro, el padre Miguel sufre toda la respuesta que le ofrece su imaginación. También tiene tentaciones con los niños y en general con todo lo que pueda suponer un quebranto para su fe. Hay escenas de la infancia del padre Miguel que no se podrían rodar en la actualidad. Niños inocentes o no tan inocentes descubriendo su sexualidad.

La película se estrenó en 1978 y está ambientada en el momento del «Referéndum Nacional. Franco sí. 14 de diciembre de 1966». En España había muchos movimientos aprovechando los importantes cambios mundiales que se produjeron en esa década. Y el padre Miguel no era ajeno así que fue sucumbiendo a las tentaciones y a los castigos que le suponía tanto acceso a lo prohibido.

El Sacerdote es la pelea contra lo prohibido, contra lo oculto, contra lo que se indicaba como malo o que no había que hacer. Y el padre Miguel no puede sobrevivir a tanta tentación a pesar de torturarse vía cilicio, flagelación y otras cuantas torturas que sobrepasan al responsable del seminario cuando se las cuenta. Así que al final decide realizar el único acto que cree posible y que considera el mejor para vencer a las tentaciones de la carne. La escena, con las tijeras abiertas alrededor de la causa de sus perversiones, es una imagen impactante y sólo al alcance de personas con las ideas y mensajes muy claros.

En la película aparecen más visiones porque aunque había prohibiciones también había formas de rodearlas y vadearlas. El padre Luis está interpretado por Emilio Gutiérrez Caba y aprovecha el guión de Enrique Barreiro para presentar cómo será la nueva cara de la Iglesia. Interviene con contundencia hablando de madres solteras e ilustra a los niños de la catequesis de su visión del pecado mortal de blasfemia que está más alejado de todo lo que estaba prohibido hasta el momento.

Simon Andreu hace una interpretación magnífica y lo mismo se pone la sotana, que confiesa con pasión, que vive en el bar de ambiente, que se autoflajela y que se acuesta con mujeres. Esperanza Roy también está espléndida en su papel de Irene, seductora y abierta a vivir nuevas experiencias para ella y para el padre Miguel. También todos los sacerdotes están espléndidos en sus papeles que ofrecen muchas de las visiones de la iglesia católica. Aunque cómo les retrata es dónde Eloy de la Iglesia demuestra su talento. El metaplano de La última cena es una maravilla:

El sacerdote es una película que gana con el tiempo, aunque la ambientación se ha quedado muy obsoleta. Eloy de la Iglesia sabe utilizar sus recursos para contar una historia densa y difícil cuando se estrenó en 1978 con una España que se iba abriendo al futuro aunque con múltiples inercias todavía manteniéndose.

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