En el año 1978 Anatoly Karpov era joven y ambicioso. Había sido campeón de ajedrez en 1975 por la no presencia de Bobby Fischer, y tenía que defender su título contra Viktor Korchnoi, un antiguo mentor al que admiraba. Sin embargo Korchnoi se marchó de la Unión Soviética y vivía sin patria mientras abominaba de los soviéticos por el mundo.
Se enfrentaron en Baguio, Filipinas en 1978. La primera partida empezó el 18 de julio y la última el 18 de octubre, Karpov ganó el campeonato por 6–5, manteniendo su título, y dejando tranquilos a los soviéticos que temían que el joven jugador cayese ante el ímpetu de Korchnoi. Las imágenes de la película recrean aquel enfrentamiento, es una película rusa y por lo tanto tiene sus cosas. Sin embargo vale la pena verla por el contenido y sobre todo por la interpretación brutal de Konstantin Khabenskiy.
Y es que Konstantin Khabenskiy como Viktor Korchnoi realiza una interpretación de personaje totalmente dominado por el ajedrez que pelea por su libertad y que odia a los soviéticos. La película le caricaturiza aunque sus acciones para escapar del alcance soviético no se disimulan. Sus gafas de espejo, sus contadores de radiación, su helicóptero nocturno, sus danzas y sus seguidores místicos le convierten en el gran atractivo de la película.
Frente a él un Anatoly Karpov que, cuando me empezó a interesar el ajedrez se enfrentaba con Gary Kasparov, al que admirábamos por su tozudez y talento, y que servía para menospreciar a Karpov.
La vida da muchas vueltas y en la película se puede ver a un Karpov totalmente dominado por el ambiente soviético ante el que se rebela y que intenta combatir. Y no lo consigue porque el comunismo de forma directa o indirecta le puede y le aplasta. Ahora con su mujer, después con su padre y también con él siendo humillado constantemente por el jefe del deporte soviético. Todo sirve para construir una máquina temible de jugar al ajedrez y hacer de Karpov un titán del ajedrez. Aunque Viktor Korchnoi es duro de roer y también comparte las mismas rigideces y enseñanzas rusas y no se lo pone fácil al joven jugador que tiene que recurrir a su mejor versión como jugador.
Me gustó mucho esta película de ajedrez, de soviéticos y hecha por rusos, con mucha agua y muchísima tensión, es imposible dar un cabezazo. Se muestran más de tres meses peleando en un país ajeno, con un clima infernal y con muchos espías en marcha para realizar más de treinta partidas de ajedrez.
Viktor Korchonoi fue un campeón que no tuvo corona mundial, fue perjudicado por el empuje de los jóvenes y tanto Karpov como, sobre todo Kasparov, dieron buena cuenta de él. Era un verdadero guerrero, nació en 1931, alguien parecido al Liebskind de Michel Piccoli, aunque éste mucho más intenso en su rebeldía contra los soviéticos y la interpretación magistral de Konstantin Khabenskiy que lleva al personaje a otro nivel de rebeldía y descaro.
Más información | imdb, Amazon Prime Video
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