El detective privado de Los Ángeles Philip Marlowe es contratado por el convicto en libertad condicional Moose Malloy, interpretado por Jack O’Halloran, que, para nuestra generación siempre será Non, el malísimo que acompañaba al General Zod en el Superman II de Christopher Reeve. Le contrata para encontrar a su novia Velma, exbailarina de discoteca, con la que ha perdido el contacto después de entrar en la cárcel.
El problema es que Velma, a la que empezamos a conocer transcurrido mucho metraje de la película, está interpretada por Charlotte Rampling, y es una mujer fatal que no duda, al mejor estilo de la Kathleen Turner de Fuego en el cuerpo, en volver locos a los hombres poderosos a los que se arrima sin disimulo y con los que quiere hacer negocios, básicamente ser rica, utilizándolos a su antojo. Con Philip Marlowe la cosa es diferente y la química entre los dos personajes es notable y también entre los dos actores a pesar de la diferencia de edad.
Robert Mitchum es Philip Marlowe al que encarna con un aspecto desaliñado y desgastado aunque con enorme competencia y suficiencia. Es un personaje de cine negro clásico y si fuera una película de superhéroes sería el héroe que, después de muchos años salvando el planeta, alcanza una madurez tal que todo lo ve venir y sabe lo que va a pasar aunque todavía conserva curiosidad para ser sorprendido.
Aunque siempre hay excepciones y aquí Velma le genera quebraderos de cabeza. Se mete en el caso a fondo y sufre una babaridad. Su fuerza está limitada, la cintura ya no existe, sus reflejos no son chispeantes y todos le golpean, incluyendo la regente del burdel en el que ejerce de matón ¡un personaje Jonnie interpretado por Sylvester Stallone!
También le drogan, le golpean con porras en la cabeza y lo dejan encerrado. Sin embargo es un héroe y su propósito es alcanzar a Velma y, cuando lo consigue, se da cuenta de que la admira y no duda en disfrutar todo lo que puede con ella a pesar de estar casada y de ser una perdición de mujer.
El cine negro es menos habitual en los tiempos que corren aunque se disfruta por su ambientación, sus personajes y la rapidez en la que se desarrolla la historia. Son adaptaciones de novelas de Dashiell Hammett, Raymond Chandler, James M. Cain o James Ellroy.
En la historia del cine reciente están Chinatown, L.A. Confidential, Camino a la perdición y las Sin City de Robert Rodríguez. Adios, muñeca es una película en color de cine negro con una ambientación por la que no pasa el tiempo y con unos personajes excelentes.
No se da ningún cabezazo aunque la historia es confusa con muchos personajes e historias que nos distraen hasta que sale Velma y entonces nos distraemos, como Robert Mitchum, del todo. Y es que las mujeres fatales en el cine funcionan muy bien y son estupendas para crear y ambientar una historia de cine negro.
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