Qué bien empieza la historia de ‘Glass onion’ y qué mal acaba

La película Glass onion empieza estupendamente. Los personajes se van presentando uno a uno y son alegres y divertidos. Quieren verse, quieren ver a su anfitrión y son guapos. Todos quieren participar de una fiesta anual que todos desean y están ansiosos por ello. Además la forma de convocarlos, una especie de caja mágica, entretiene y mantiene la tensión del encuentro.

Sin embargo conforme avanza Glass onion desaparece la magia y se incremente el desinterés. Ya no hay belleza en los intérpretes, sólo caras raras y posturas incómodas. También tramas paralelas que no se han proyectado, que aparentemente han sucedido, y que hacen imposible seguir la trama de forma lógica. Además las interpretaciones se vuelven histriónicas y el único que aguanta la película es el detective que, como en los relatos de Agatha Christie, sabe lo que pasa y nos priva a los demás de saberlo. El final es redondo y todo se cierra sin fisuras.

Hay personajes intensos que tienen mucha historia y que la película les permite desarrollarlo y conocerlo más. Aunque también hay momentos para el cabezazo y quizá en alguno de ellos me haya perdido más detalles.

El personaje de Edward Norton es cargante y un poco pesado. Empieza muy divertido, con acertijos, con control de la situación y poco a poco se va quedando con la cara desencajada y sin apenas protagonismo.

El personaje más atractivo es el detective Benoit Blanc interpretado por Daniel Craig, que empieza muy desdibujado ¡y arrugado en la bañera! hasta convertirse en el motor esencial y en el conductor de la película. No me llaman mucho la atención estas películas en las que hay alguien que es más listo que el espectador y va muy por delante. Sin embargo el personaje está muy bien interpretado y resulta divertido ver cómo observa y analiza aunque lo ves mucho después.

No se entiende nada de lo de la Gioconda, tampoco por qué los personajes tan atractivos inicialmente se pierden en la historia y no consiguen que avance porque el que la lleva de la mano es el detective. Edward Norton tiene recorrido como Miles aunque se va convirtiendo en un personaje excesivo y con apariciones intensivas e intensas.

Está entretenida Glass Onion aunque cuando se convierte en una película de detective listillo se vuelve aburrida porque ya sabes que el control lo tiene la historia que no has visto y sólo nos queda dejarnos ir.

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