Matt Damon realiza una interpretación brillante en The talented Mr. Ripley. Es Tom Ripley, un timador profesional, un personaje que aparece mejor expuesto y con mucho más detalle en Ripley, y que entra como el gran enredador de la familia Greenleaf, muy poderosa en Nueva York en los años cincuenta del siglo XX, de forma casual. En una fiesta en la que toca el piano con una chaqueta de Princeton el señor Greenleaf le contrata, y él se deja claro, para intentar traer a su hijo Dickie Greenleaf de vuelta a Estados Unidos.
Jude Law es Dickie Greenleaf que vive la vida loca en Italia acompañado de su novia Marge, una siempre blandita Gwyneth Paltrow. Tiene un velero, una casa, acceso a viajar y a derrochar el fortunón del padre. Aunque, y es un poco sorprendente, no tenía para un frigorífico. Y luego está Philip Seymour Hoffman interpretando a Freddie Miles que parece que vive mejor que Greenleaf y con el que se lleva fenomenal para quemar dinero. Todo lo contrario que Tom Ripley que es un apocado joven que, sin embargo, aprende rapidísimo y cuando algo le supera, lo liquida sin contemplaciones.
Tom Ripley es un timador profesional. Le cuesta entrar en calor, antes de terminar drásticamente con el interlocutor, y siempre va un poco por detrás de lo que pasa en su entorno. Más abajo viste con su bañador y una blancura de piel de pobre que hace reír a Greenleaf y ya no digamos a Freddie Miles que representa estupendamente lo que sería un acosador de libro en el colegio y un vividor cuando se hace mayor.
En esta película hay un personaje clave que consigue enredar la trama y a la que, quizá, le hubiera sentado mucho mejor ser Marge. Cate Blanchett es Meredith Logue y desde el primer plano roba todas las escenas. Consigue sacar de quicio a Tom Ripley aunque sabe salir airoso y nunca descubre su doble juego. Parece un poco increíble que no conociera al auténtico Dickie aunque hay que suponer que en aquella época no había ni redes sociales ni muchas fotos accesibles. De todas formas es un personaje estupendo, muy divertido e inocente que parece que quiere más a Tom Ripley que al Dickie que imita.
No se da ningún cabezazo en El talento de Mr. Ripley y la película tiene ritmo de sobra. Además si baja un poco la intensidad es porque viene un asesinato. Hasta tres consigue realizar Tom Ripley en las casi dos horas y media que dura la película. Y tiene pinta de que habrá más. Con lo que ha aprendido y el final tan abierto parece que Tom Ripley puede convertirse en un personaje de aúpa. Es lo que me gusta de la serie Ripley que lo que se puede ver es como un fragmento de su comportamiento durante toda su vida, un tramposo, un embaucador, un timador y también un asesino.
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