‘Testament’ o cómo Denys Arcand se lo pasa bomba riéndose de la estupidez de la sociedad actual

‘Testament’ o cómo Denys Arcand se lo pasa bomba riéndose de la estupidez de la sociedad actual

Testament es una película sorprendente porque no hay muchos contenidos, en los tiempos que vivimos, que vayan en contra de la situación y de la sociedad actual. Aquí el director Denys Arcand se parte de la risa retratando las absurdeces que nos rodean. Va dejando sus mensajes durante toda la película y hay escenas muy divertidas aunque tienen poca gracia porque, en muchas ocasiones, la estupidez triunfa y el dinero de los contribuyentes se va por el sumidero de la historia ¡jamás pagamos tanto y recibimos tan poco!

Los diálogos son rápidos y certeros. Hay interpretaciones fantásticas, el monólogo de la viuda del marido que se mata por vivir en la sociedad ¡deporte, bicicleta y maillot de colorines! es muy emocionante y al final ella decide hacer lo que le da la gana ¡el placer de comer una bolsa de patatas y haciendo ruido! Y hay mucho más, una sociedad estúpida y manejable, unos medios de comunicación intercambiables y sin capacidad para generar opinión ¡que ya lo interpretan ellos por nosotros! y unos políticos amantes de las siglas, de la ocultación de lo realmente importante y que no dudan en dormirse en su sitio mientras pasan de puntillas por la vida y sus actos para no ser señalados.

En versión original la película se disfruta. Cada vez que el político menciona lo de quebequenses y quebequensas sube el nivel de comedia. Qué absurdo todo lo que pasa en los foros donde se reúnen los políticos. Supongo que no le dio tiempo o le parecería demasiado esperpéntico, la posibilidad de mantener conversaciones en lenguas diferentes. Aunque con lo que sale ¡la político enumerando siglas! es suficiente para entender que las imágenes parecen más un gag de Benny Hill, con aplausos reales incluidos, que una situación real de la sociedad que compartimos. Y da igual, una de los aspectos de la globalización es la generalización de la estupidez humana. Sin disimular.

Se echa de menos un director, o directora, españoles que, aprovechando la tremenda miseria moral que nos rodea, no hagan una película con un contenido similar, o incluso mejorable a Testament. En España se podría ambientar aunque aquí me ha sorprendido la ambientación en Canadá donde el idioma cambia entre el francés de Quebec y el inglés global aunque la estupidez humana es global.

También cómo se ríe de las redes sociales ¡es impagable la chica joven activista persiguiendo a su amiga grabando con el móvil! para luego compartirlo con sus seguidores. La ironía es que estando tan acompañados lo que demuestran es una increíble intolerancia a la soledad por la que están dispuestos ¡a tocar el tambor! para que les hagan casito. ¡Hazme casito! Y siempre hay una causa JUSTA por la que luchar. Porque siempre habrá un medio de comunicación que se hará eco y un político estúpido que la tomará como suya para mantenerse ¡hasta la próxima! acumulando trienios, contactos, agendas y mucho futuro mientras chapotea en el unto de lo público.

Rémy Girard interpreta a Jean-Michel Bouchard, un señor mayor ¿se puede decir?, que vive en una Residencia que funciona como un hotel, aunque tienen médicos, bueno, están en lista de espera, y al menos tienen enfermera. Tiene una rutina muy bien definida y aunque él espera poco de la vida de repente cambian las cosas ¡para bien! y decide disfrutar de la vida sin contemplaciones y a pesar de los políticos y el resto de comparsas del invento socialdemócrata con variaciones y que se ha implantado por el mundo.

El contenido de la película está muy centrado en el mural en el que se ve a los que trajeron la civilización a los nativos de la época ¡antes habría otros y otros y otros! y que es pasto de las quejas de los hazmecasito. Lo que pasa con el mural es casi obvio aunque lo mejor es la escena siguiente con los dos artistas con un diálogo acelerado y punzante que van descubriendo toda la estupidez de la situación anterior. No hay opción al cabezazo y se ve siempre con una sonrisa. Un buen ejercicio de ponernos delante del espejo para reírnos por no llorar.

Más información | imdb

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