Días de radio es del año 1987, conforme pasa el tiempo probablemente la mejor década de la historia en cuanto a creatividad cultural que nos ha dado el ser humano occidental. Cine, música, fotografías… un derroche de imaginación y de desarrollo sin apenas censuras ni limitaciones. Creatividad pura, y buena, dispuesta a perdurar y a mantenerse estupendamente con el tiempo.
Uno de los principales creadores de aquella época es Woody Allen que además en Días de radio se propone, y lo consigue, llevarnos a otra época, aquella en la que la vida familiar ¡qué fotografía de familia la que ilustra el artículo!, vivía con muchas necesidades aunque tenía en la radio un mecanismo de escape y a la vez un sistema de acceso a la realidad. La radio contaba lo que pasaba, la radio era entretenimiento, la música no necesita visualización, las obras de teatro, los anuncios, las charlas en los desayunos haciendo la crónica social aunque el matrimonio protagonista se engañara o engañase.
Es una película Días de radio de profundo amor a la familia ¡nada se consigue sin la familia!, de la infancia en la que no sabes lo que pasa a tu alrededor, de la admiración y respeto a los mayores y del descubrimiento que te hacen los mayores, y no siempre el que te esperas. En esta película Diane Wiest está extraordinaria y roba todas las escenas. Su infructuosa búsqueda de un marido está llena de anécdotas y de amores no correspondidos aunque a ella le encanta estar en familia y atender a su sobrino, que será Woody Allen, un hombre que sabe tratar estupendamente a las mujeres en el cine, y salta a la vista.
Mia Farrow, que hace un papel estupendo y breve, afortunadamente, con grititos y arrobamientos varios, y que llegará a triunfar y pertenecer al entorno de los ricos, poderosos, los protagonistas de las crónicas sociales y los que hacían avanzar el país con sus acciones. Todo éso pasó ya a mejor vida, ahora nos marcan el paso personas que en esta película no tendrían protagonismo ni una décima de segundo.
La música en esta película es una maravilla. Es lo que oía Woody Allen por la radio. Y aquí lo difunde sin rubor. La música de Cole Porter, de Glenn Miller, de Zequinha Abreu que con su Tico-Tico consigue mostrar a la joven embelesada por la música en el espejo con la complicidad familiar. Tampoco queda nada de éso con jóvenes encerrados en la habitación sin compartir emociones y sin hacer vida familiar. ¿Qué tipo de películas harán los jóvenes en el futuro? Menos mal que siempre hay creativos para sorprendernos.
Una excelente película Días de radio con un Woody Allen inspiradísimo buscando conseguir una película llena de anécdotas mientras cuenta una historia de amor a la radio y a la familia. Es una historia completa de emociones que se disfruta mucho mientras la ves. El inicio de la película con los ladrones participando en el concurso de adivinar la canción y consiguiendo un premio para la familia robada es maravilloso. También los actores, sin excepción, están fantásticos y te hacen sentir cómo fue aquella época aunque nos queda tan lejos y tan desconocida.
Y además la ambientación que tiene la película, no hay nada que chirríe o que falle. Las luces en lo alto de la azotea ¡cómo se movían las luces, como nuestra hucha de la Plaza de la Cibeles en Madrid! Y la luz, la excelente fotografía de Carlo di Palma que consigue que todos los actores estén guapos y felices a pesar de sus miserias.
Más información | imdb
Sigue la conversación en @elepesypelis
‘El jinete pálido’ o para qué Clint Eastwood nos contó tantas historias
‘Smoke’ y los cuentos de Paul Auster en Nueva York treinta años después
‘The talented Mr. Ripley’ con Jude Law y Philip Seymour Hoffman viviendo la vida loca en Italia
‘Perfect days’ o cómo podemos encontrar la felicidad en pequeñas cosas y en cualquier parte
‘Ripley’ es la serie de Steven Zaillian que nos lleva a disfrutar de una Italia en blanco y negro perfecto