Además de Paul Weller y de Prince el artista que más me ha gustado por el momento es el Neil Young cuando, en directo, se coge la guitarra y se lanza con intensidad total a desparramar electricidad de forma frenética y muy controlada acompañado, mucho mejor, por la banda Crazy Horse. Crazy Horse, en Weld, son el bajista Billy Talbot, el batería Ralph Molina y el guitarrista Frank «Poncho» Sampedro. Los tres están engranados a la perfección con Neil Young y su música, llena de pasión y electricidad, engancha mucho.
Weld es un disco del año 1991, recuerdo que me lo regalaron unos buenos amigos en aquel año en formato CD. Muchos años después me lo he comprado en formato LP y aunque el sonido no difiere mucho del formato de CD es espectacular también escucharlo en vinilo. El CD me lo grabé en musicassette y durante decenas de horas lo escuchaba mientras leía Inshallah de Oriana Fallaci en el autobús en mi época de universitario. Más de 30 años después sigo escuchando Weld y me sigue impresionando su fuerza en el directo. En aquella época, y en otras ocasiones también lo consiguió, Neil Young era capaz de transformarse, de imbricarse con la banda en directo consiguiendo un sonido hipnótico, inmersivo y atemporal. Por eso se sigue disfrutando.
Weld es una reedición en formato de tres vinilos lanzada desde la productora de Neil Young. Sí, es una locura de precio aunque los fans estamos dispuestos a hacer lo que sea. Por eso están triunfando las ventas de los elepés y porque lo analógico funciona siempre. No depende de los bits sino de la electrones, que, aunque hacen cosas parecidas son muy diferentes.
En el formato vinilo pueden estirar hasta los tres discos que, cuando hay pocas canciones en una cara, hay que levantarse con mayor frecuencia. Sin embargo en Weld da igual porque las canciones que consigue construir Neil Young con Crazy Horse son minutos y minutos de sonido eléctrico desatado y desproporcionado que nos manda a un espacio en directo intenso y lleno de fuerza. Las canciones se estiran y se estiran y nunca quieres que terminen y cuando lo hacen toda la banda se alinea para terminarlas con fuerza y rotundidad.
Hay canciones por las que apenas pasa el tiempo. Like a hurricane es una locura. También Love an only love, Love to burn y Powderfinger con esa historia que me recuerda a la guerra americana con piratas y saqueadores. Cada oyente tenemos nuestras preferidas. No me gustan mucho Welfare mothers o Farmer John. Blowing in the wind la consigue hacer suya y hace olvidar a Bob Dylan y Tonight’s The Night es una bonita forma de ir terminando el disco
Y la que permanece con una fuerza imparable es Rockin’ In The Free World que competía con los artistas grunges de la época y que, probablemente, le hizo convertirse en el padrino del grunge. Aunque Neil Young es tan grande que da igual que se haga eléctrico o acústico. Su calidad, estilo, interpretación y fuerza son universales y es uno de los mayores artistas de la historia de la música.
La lista de canciones, en los tres elepés, es la siguiente. No hay ningún añadido a la versión de CD de 1991 y tampoco hay ningún sonido nuevo aunque dicen que han reprocesado algo. Vamos a creerles.
SIDE A
1 Hey Hey, My My (Into the Black)
2 Crime in the City
3 Blowin’ In The Wind
SIDE B
1 Welfare Mothers
2 Love To Burn
3 Cinnamon Girl
SIDE C
1 Mansion On The Hill
2 Fuckin’ Up
3 Cortez the Killer
SIDE D
1 Powderfinger
2 Love and Only Love
3 Rockin’ In The Free World
SIDE E
1 Like A Hurricame
2 Farmer John
SIDE F
1 Tonight’s The Night
2 Roll Another Number (For the Road)
Más información | El Corte Inglés
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