En el año 2002 el programa de estudios de Erasmus funcionaba a todo trapo. Es una de las palancas que incluye el director Cédric Klapisch en la película Una casa de locos, L’auberge espagnole en el original francés. Al director también le gusta aparecer en la película y hay que estar atento para verlo. Otro de los activos que incluye la película es el imparable crecimiento de la maquinaria administrativa europea para la que el protagonista, un divertido Romain Duris, es uno de los objetivos a alcanzar. Y lo consigue aunque éso es el detonante de su imparable actividad como escritor, que es lo que le gusta a Xavier, escribir.
La película cuenta la historia de los estudiantes en Barcelona. Todos los estudiantes de Erasmus comparten un apartamento, increíble cómo gestionan la nevera, las habitaciones, el teléfono y hasta el baño. La Wendy, de Kelly Reilly, es la que más se afana en la limpieza aunque su trabajo choca, una y otra vez, con la dejadez de los estudiantes. El protagonismo se lo lleva Xavier, que pierde a su novia durante la película, una triste Martine de Audrey Tatou, que se pasa más tiempo despidiéndose que disfrutando de su novio. Es lo que tienen las relaciones a distancia, que cuando te ves estás triste porque te vas a separar y cuando estás separado estás triste también.
La trilogía de Cédric Klapisch la componen Una casa de locos, Las muñecas rusas (Les poupées russes) y Chinese Puzzle. Son muy entretenidas y cuando surge la comedia el director se luce. Hay escenas corales que se resuelven muy bien y hay estupendos dúos como el de Cécile de France con Romain Duris. En la escena de la hamaca la lesbiana Isabelle le muestra a Xavier cómo se debe tratar a una mujer. Y vaya si Xavier lo entiende porque lo aplica estupendamente con el personaje de Judith Godrèche, una Anne-Sophie muy sola en Barcelona con su marido, muy estirado, doctor. Y con Xavier mantiene una relación sexual que los dos viven con enorme pasión. Hasta que el marido se cansa de tanto Erasmus y tanta tontería.
Los personajes disfrutan de Barcelona, en la facultad poco porque el idioma que utilizan es el catalán y los estudiantes como que no se enteran. No sé cómo lo habrán resuelto aunque supongo que seguirá habiendo Erasmus, todo por la fiesta y la playa. Además los bares, la música, las relaciones en el apartamento ¡a Wendy le va la marcha del cantante callejero! y los amigos y familiares que vienen y van por Barcelona.
El hermano de Wendy es uno de los tontacos que aparecen por Barcelona y que se muestra un poco intimidante con los habituales del apartamento que viven en modo globalización. La relación de Xavier con su madre también es uno de los atractivos de la película y genera momentos en los que prima la desesperación del joven por abrirse paso en el mundo intentando resolver sus problemas de integración, de definición de su vida, de amor y de escape de la soledad.
No hay opción al cabezazo en Una casa de locos. Hay personajes españoles muy atractivos, Juan y Neus, que ofrecen lo mejor para que los estudiantes estén acoplados y adaptados. Para todos los estudiantes de Erasmus debe ser una referencia y también debe mostrar cómo la vida es muy complicada y cómo crecer y madurar requiere tiempo y visión. La presentación de la maquinaria administrativa europea es brillante y para ser el 2002 es hasta visionaria de cómo se ha convertido en una de las mejores industrias de Europa permitiendo a los que se acercan a ella conseguir muchos éxitos personales.
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