La película Rivales ni siquiera sé si ha pasado por la pantalla grande. En cuanto he visto que está en plataformas me he ido a por ella y me he quedado fuera de juego muy rápido. La película es para centennials listos para la vida moderna, pocas responsabilidades, mucha diversión y autonomía total.
Los rivales son hielo y fuego ¡y nos quedamos sin saber quién es quién!, un par de juveniles precoces en el tenis americano y que, para convertirse en auténticos reyes de la pista, tienen que convertirse en máquinas de jugar, de comportarse, de respetar y de mentalidad ganadora como la que tiene Rafael Nadal o Novak Djokovic. En el plano americano hubo muchos en los años ochenta, Jimmy Connors y John McEnroe como héroes, líderes y apisonadoras. Luego llegarían Agassi, Sampras y hasta Roddick, que aparece en la película de las Williams, que, además, en el plano femenino fueron máquinas temibles.

Zendaya es de la época de Shake it up, una serie de televisión que veía mi hija en su infancia así que verla como una actriz se me hace muy difícil. Tendrán que pasar más años para darle un poco de margen para entender su carrera y disfrutarla. Por ahora está haciendo estupendas películas aunque sigo viéndola como un producto muy Disney. Hasta en las presentaciones y promociones con medios la sigo viendo como una persona muy estándar que no es capaz de romper la barrera de convertirse en algo más.

La película cuenta la historia de tres jugadores que se conocieron cuando eran adolescentes mientras competían y se peleaban por el amor de la tenista interpretada por Zendaya. Los chavales se desbocan y la escena que lo ilustra encantará a los espectadores más jóvenes, para mi generación es algo que, además de forzado, no tiene ningún sentido.
Después la película se convierte en un producto de algoritmo ¡con lesión de rodilla incluida! y la chica al final elige pareja ¡y lo convierte en una máquina de ganar! mientras sufre viendo al otro pretendiente tirar su carrera por la borda sin dinero, sin trofeos aunque jugando como los ángeles.

La película está dirigida por Luca Guadagnino, además de Zendaya aparece Mike Faist, un poco soso, y Josh O’Connor, que es el que más me gusta de la película por su papel de millonario ejerciendo de pobre y entretenido jugando un tenis alimenticio para pasar el rato ¡hasta sus treinta años y subiendo!
Así que el plan de la jugadora Tashi Duncan interpretada por Zendaya es convertirlos en rivales, una última vez, y hacer de sus pretendientes dos competidores temibles. Y así es como termina la película con unos rivales que se fuerzan y esfuerzan para ganar mientras el personaje de Zendaya se convierte en el catalizador y el motor de las peleas entre los chavales. Una película para generaciones jóvenes, el cine está espabilando y a los espectadores veteranos nos están echando. Sólo nos van a quedar películas francesas para ver porque Woody Allen y Clint Eastwood ya no pueden más.
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