Nosferatu, en la versión de Robert Eggers, es una historia gótica de oscuridad y terror que cuenta la obsesión de una joven en Alemania en el siglo XIX y del vampiro de Transilvania que responde a su llamada hasta viajar para estar junto a ella. La película es un viaje de amor apasionado que termina con infinito horror y personajes devastados.
La fotografía de la película es una maravilla. Tiene blancos y negros, azules, marrones y muchísima oscuridad. Hay casi grano, aunque ya no sé en qué formato se rueda ahora, y hay escenas iluminadas sólo con las velas que, fijas o en movimiento, dejan la escena llena de sombras fantasmagóricas. Y si no, Nosferatu, con la sombra alargada que se hace gigante con las manos huesudas y las uñas afiladas. Se consigue una ambientación en toda la película estupenda. Es una película con una puesta en escena que la hará convertirse en un clásico, por ella no pasará el tiempo.
El peso de la película lo lleva la actriz Lily-Rose Depp que desde la primera escena está íntimamente ligada al vampiro. Y así va pasando la película, un viaje del vampiro desde la remota Rumanía hasta la Alemania ¡con el barco Demeter recorriendo el Mediterráneo y el Atlántico! y la llegada a la ciudad de Ellen Hutter en la que se aloja en una mansión con un Renfield, que no se llama así, inquietante. El administrador del vampiro cae rendido a sus pies y se convierte en un gran esclavo, que, éste sí, obedece sin rechistar.
Nosferatu es un personaje recurrente en el cine. La versión de La sombra del vampiro tuvo como personaje principal a Willem Dafoe que, también con maquillaje, actuaba como el actor que representó al vampiro durante el rodaje de la versión de Murnau. Aquí también aparece como una especie de doctor Van Helsing que intenta entender lo que está pasando y que sabe que hay que acabar con la Bestia y su inmensa plaga de ratas en el puerto.
Aquí el protagonista, completamente irreconocible, es Bill Skarsgård, del que destaca, además del inmenso porte, la voz gutural que aplica al monstruo y que lo hace más inquietante todavía. Todas las escenas en las que aparece el vampiro son temibles y cuando no aparece lo hace su sombra que se mueve por el espacio y el tiempo con elegancia.
Drácula, aquí Nosferatu, es un personaje magnífico y en el cine ha tenido decenas de reproducciones y adaptaciones. Este Nosferatu de Robert Eggers es una gran película, con una excelente interpretación con esa cara lánguida de Lily-Rose Depp que llama al vampiro y que deja que toda su vida alrededor se convierta en un torbellino del que se podrá salir al amanecer.
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