Desde el principio del concierto en pantallas y carteles por la Sala But, ¡no iba desde el siglo pasado!, nos avisaban de que fuésemos educados y nos mantuviéramos en silencio. La edad media de la audiencia era para quedarnos ya quietecitos y calladitos sin muchos excesos y además de que nuestra generación es la última que obedeció y que respetó. Por eso cuando salió Richard Hawley todos sabíamos que íbamos a disfrutar de un concierto íntimo, sin grandes alardes técnicos aunque con una complicidad, devoción y cariño por la audiencia que todos disfrutamos. Y respetamos el silencio excepto uno que gritó The Ocean y Richard Hawley le dijo que no iba a tocar esa canción.
Al final del concierto los más espabilados estiraban el brazo y se llevaban la playlist de Richard Hawley. Por la guitarra y la voz de Richard Hawley y su colega pasaron As the Dawn Breaks, Ashes on the Fire, Tonight the Streets Are Ours, donde recordó que no seamos imbéciles. También tocó ’Tis Night y The Sea Calls. El poderío y la seguridad de Richard Hawley con la guitarra, el escenario, el repertorio y las canciones era tan intenso que era como ver a un pirata encima de su barco mientras todo a su alrededor se toma y se conquista sin contemplaciones.

En el escenario, llegué de los primeros y pude estar al pie del escenario tomando alguna foto, Richard Hawley y Shez Sheridan, los dos chaches, se las bastaron para hacernos disfrutar durante hora y media de una excelente tarde noche íntima y musical. A Richard Hawley lo había visto en el año 2010 en la sala Heineken 0,0, creo, de la Plaza de España. En aquella ocasión sí vino con toda la banda y todavía recuerdo el sonido que fue capaz de generar con Soldier on del maravilloso disco Truelove’s Gutter del año 2009.

También tocó Prism in Jeans, una versión de Bo Carter Corrine, Corrina y mucho más. Heavy Rain, Standing at the Sky’s Edge, Something Is…! y Precious Sight. En el final aceleró con Just Like the Rain, Lady Solitude, Heart Of Oak y en la vuelta que le pedimos el público con insistencia se animó con For Your Lover Give Some Time que dedicaba a su mujer y que, tal y como contó la historia, parece que a la mujer le suponía una canción más de él, que ya le quiere, para ella, que le ama apasionadamente.
Sin embargo para nosotros es un regalo para disfrutar y vivir la experiencia. El glamour es mejor conservarlo y no difundir la realidad, print the legend! Y terminó con My Little Treasures.

Muy sencillo, muy intenso, con mucha calidad y con mensajes para ayudarnos a vivir felices, libres y sin cometer estupideces.
Más información e imágenes | @chavarri
Sigue la conversación en @elepesypelis
‘Ciento volando’ presenta el trabajo de Eduardo Chillida quitando lo malo y encontrando el espacio
‘Begin again’ es una película de cómo empiezan en la industria musical un productor y una cantante
‘Deprisa, deprisa’ es el cine social de la transición española que retrató Carlos Saura
Lou Reed y su visión de la ciudad de New York hace 30 años
‘Remando al viento’ y el romanticismo que llegó del frío con Hugh Grant creando mitos