‘High and low’ presenta el odio infernal del secuestrador  y unos detectives implacables

‘High and low’ presenta el odio infernal del secuestrador y unos detectives implacables

En febrero del año 2025 estuvo en la Fundación Telefónica de Madrid James Ellroy. Es el autor del libro LA Confidential, que luego se haría película, y sobre la que el autor habló. Venía a presentar su último libro sobre Marylin Monroe llamado Los Seductores y que todavía tengo pendiente de revisar. Me imagino que el autor tiene que estar harto de responder preguntas sobre la película basada en su libro y especialmente sobre los detectives de los dos actores que les interpretaron. Así que me gustó mucho su respuesta. Dijo que los personajes que interpretaban Russell Crowe y Guy Pearce eran unos niñatos y que para nada representaban la fuerza y la contundencia de los detectives reales que había en aquella época.

Así que James Ellroy dijo que en la película High and Low, de Akira Kurosawa, sí aparecían unos detectives implacables que, además, se enfrentaban a un secuestrador dominado por el odio al empresario de zapatos de mujer hecho a si mismo y que interpretaba Toshirô Mifune. Más abajo está James Ellroy con el autor de muchos de los artículos de esta revista de películas y vinilos que es Elepés y Pelis. Y finalmente pude ver la película y aquí hay una breve reseña sobre ella.

La película es larga e intensa. Tiene una ambientación fantástica separada en varias etapas. Al principio es un piso con unos enormes ventanales sobre Tokyo en el que se desarrolla la trama de un secuestro y un rescate. Las imágenes son impactantes, teatrales, el diseño del apartamento es estupendo, los actores generan escenas corales y la sensación de angustia se incrementa con esas enormes cortinas.

Después la trama, tras un pago de rescate muy bien ejecutado, se convierte en una caza al secuestrador. Primero es el trabajo de investigación, minucioso, compartido, colaborativo y lleno de camaradería entre hombres que buscan, no detener al secuestrador, sino forzarle a conseguir que su condena sea la pena de muerte. Y lo consiguen.

Y la última parte es cómo destrozan al secuestrador acorralándole, llevándole a las trampas adecuadas hasta que lo detienen. Son unos planos perturbadores con una fotografía en blanco y negro, con camisas blancas y unas gafas con unos reflejos inquietantes. La imagen de la película también es un ejemplo de cómo la sociedad japonesa se pudo quitar el terror de la guerra y empieza a emerger un estilo de vida con valores profundos y con la influencia del rock and roll, de las drogas y de los empresarios capitalistas que generan el odio entre los ciudadanos.

James Ellroy y yo en la Fundación Telefónica con el libro Los Seductores

Y en el epílogo final el enfrentamiento entre el delincuente y el empresario y la humillación de uno y la victoria, triste y amarga ¡porque sabe que sigue generando odio! del personaje de Toshiro Mifune que, afortunadamente, recupera la empresa, el dinero y la felicidad en la familia con su mujer, su hijo y el amigo de su hijo, secuestrado por error y que genera un dilema moral al principio de la película: ¿salvarías al amigo de tu hijo y pagarías el rescate del secuestro?

Los detectives sí son implacables y representan a una policía contundente, muy técnica y profesional y confiada en que el bien triunfe sobre el mal. No me parece que sea una imagen de policía muy realista pero sí que es diferente de la representación policial de los detectives de Los Ángeles que parecen más pendientes de lucir traje, de hacer carreritas y de soltar algún mamporro a discreción.

La película es una obra maestra del cine clásico. La trama es épica aunque las primeras escenas son espectaculares. Luego se pierde interés, nunca se da un cabezazo, aunque la cacería es muy meticulosa y la trampa que tienden es perfecta. La película se rodó en 1963 y utiliza un blanco y negro en el que lucen las camisas blancas, el pelo negro, los trajes oscuros y la nota de color la pone el trapero que quema todos los deshechos de la ciudad y que, cuando quema las carteras en las que iba el dinero del pago del secuestro, emite esa señal de color para conocer mejor los movimientos del secuestrador, un traidor al sistema que se llena de odio y que, afortunadamente no consigue cumplir la misión.

Más información | imdb

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