El día 1 de mayo Gregory Porter actuó en el Royal Albert Hall de Londres. Era un reto ir a un concierto de Gregory Porter y, como homenaje a Ana L. Chavarri, que ya no podía ir a verle, me fui a disfrutar en solitario de la actuación que estuvo fenomenal aunque se echaron de menos dos cosas. Una, que el tiempo fuera tan limitado para la actuación, una escasa hora y media que, además, se pasó volando. Y dos, el poderío de los músicos de la banda que le permitían a Gregory Porter descansar en su actuación y dejarnos al público privado de la magia, calidad y brillantez de su voz.
Gregory Porter vistió un traje claro y con el swing que mostraba en el escenario, que se veía un tanto desangelado desde las alturas, dominaba la escena y se manejaba con extraordinaria soltura. Ahora hacía al público dar palmas, otras veces animaba a la orquesta, después se sentaba sólo con el pianista o dejaba que el público cantara y le cedía el micrófono como hizo con una de las trabajadoras en la acomodación del personal que, ¡se sentaba en las escaleras! Además nos dijo que fuésemos ¡optimistas con el amor!

En el final dejó el tema que le hubiera gustado a Ana. La versión de It’s probably me que popularizó Sting y que Gregory Porter hace suya sin esfuerzo y con tremenda calidad. Sirvió para cerrar la actuación ante un público, un poco frío y muy boomer, que no pidió más canciones y que, educadamente, empezó a desfilar cuando terminó su bis.

No conozco a los músicos de la banda y no los he buscado aunque todos eran estupendos profesionales. No hay ninguno para destacar: piano, batería, bajista, saxofonista, trompetista, trombonista y teclista se coordinaban y se cedían el paso para sostener la voz maravillosa de Gregory Porter. Que, además, se animó con un tono grave en solitario en la interpretación de Liquid Spirit que me dejó impactado. Además había dos mujeres en los coros.

La playlist, que fui apuntando en la oscuridad, creo que fue la siguiente:
- If love is overrated
- Revival
- Holding on
- Liquid spirit, con ese grave alucinante en la interpretación
- Hey Laura
- Dad Gone Thing
- I have sunshine que sirvió para lucimiento del bajista que, creo que además incluyó sonidos de Superstition con el bajo y fragmentos de Papa was a rolling stone
- Musical genocide
- Somebody to love
- No love dying
- It’s probably me que fue el final del concierto

A Gregory Porter se le nota que tiene mucho más. Tiene un swing brutal. Baila con mucho ritmo y sigue la música muy cómodo y sin esfuerzo. Manda en la orquesta aunque el del saxo y el piano también mandaban mucho en las interpretaciones.

El trompeta y el trombón estuvieron extraordinarios. El saxo les sobrepasaba a los dos. El pianista, el teclista y el batería también marcaban el ritmo. El bajista se quedó solo mientras la banda descansaba y Gregory Porter entraba y salía con él y por un momento pensé que se arrancaba a bailar con Superstition. Articulaba el bajo eléctrico y el de madera con cuerdas con una facilidad tremenda. Además dos vocalistas brillantes aunque muy a la sombra de Gregory Porter.

Es una superbanda que puede tocar lo que quiera. Era capaz de cambiar de registro, ahora jazz, ahora pop, ahora swing… aunque estaban encorsetados en el tiempo. Poco tiempo les disfrutamos para toda la mecha que tenían.

Muchas gracias al Royal Albert Hall, ha sido una gran experiencia visitar ese espacio. Me quedé con ganas en los años noventa cuando Eric Clapton se puso a vestir de Armani, y, muchos años después lo he podido visitar. Y disfrutar con Gregory Porter. La cultura universal sigue viva y vigente aunque la veo en peligro. Nos hemos vuelto acomodados ¡somos lo que criticábamos cuando éramos jóvenes! valoramos poco lo que tenemos y criticamos lo superfluo, la escuela woke. Hay que agradecer que un español disfrute, en Londres, de un artista americano interpretando canciones propias y clásicos atemporales. Y todo con una elegancia y swing universales.
Además estuve viendo las imágenes del Royal Albert Hall y algunos artistas era como si les conocieras, Status Quo, Ronnie Wood, Tina Turner, Bob Dylan… hasta Daniel Baremboin ha tocado en este templo de la música. Cultura universal que tenemos que valorar, cuidar y seguir impulsando para no perderla. Volveré a ver a Gregory Porter aunque esta vez creo que será en España. Aquí la música se disfruta de otra forma y los artistas lo notan y se vuelcan.
Más información | Royal Albert Hall
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