‘Gladiiator’ porque Ridley Scott nos debía el sueño cumplido de Marco Aurelio para Roma

Gladiator II se parece mucho a Gladiator, la película por la que Russell Crowe cuando estaba de compras en Roma junto a la Plaza de España, según cuenta él, le empezaron a gritar Maximus con frenesí y alborozo. Y es que Gladiator es una excelente película a la que le pierde el final. Toda la película es una loa a la esperanza, a la fuerza, al honor, al sueño de Marco Aurelio y de repente todo se va por el desagüe.

Así que en Gladiator II a Ridley Scott hay que agradecerle que le haya dado una vuelta a la historia. De nuevo hay un gladiador con mucho valor, mucha fuerza, mucho honor y también muchas espaldas. Está muy fuerte Paul Mescal aunque lo que no está bien resuelto es que rime con el nombre del actor que es antagonista, Pedro Pascal. Mucha cacofonía en el reparto. El reparto está estupendo aunque el que roba las escenas es Denzel Washington que además se mueve por la Roma antigua como pez en el agua. Sabe perfectamente qué palancas tiene que tocar para llegar al poder absoluto y total. En ésto, como en tantas otras cosas, no sólo se repite la historia sino que además no se aprende nada.

Toda la película es una fiesta de sangre y violencia, muchas escenas están rodadas en el coliseo donde los gladiadores lo dan todo para ganarse su libertad. Aquí el actor interpretado por Paul Mescal, que maneja su ira con elegancia, también sabe qué palancas tiene que tocar para ir ganando, con cada combate, el respeto y la admiración de los espectadores y de los emperadores. Los emperadores son como dos personajes de cómic, muy chisgarabís, con muecas teatrales, con miradas de locura y con una envidia y resentimiento que hará de ellos un juguete en manos del personaje de Denzel Washington que se los va comiendo poco a poco. Y no sólo hay violencia en el coliseo.

Pedro Pascal, con su general Marcus Acacius, está fantástico aunque éso de que tenga que saltar de su puesto de mando en la nave para cortar una cuerda que atasca la puerta de asalto es un poco absurdo. Aún así está fenomenal con una casa en la que apetece vivir, con un respeto ante las tropas admirable, con una mujer que le quiere y respeta y con un comportamiento ante los sátrapas muy ejemplar aunque no es tan comprometido como el rival interpretado por Mescal.

Me ha gustado Gladiator II, no se da ningún cabezazo, es un entretenimiento puro con batallas épicas, las galeras en el coliseo con los tiburones quedan bastante bien aunque son más potentes las cuadrigas, que ya vimos con Gladiator. La clave que nos enseña el gladiador es mantenerse firme hasta el final, manejarse con las herramientas a tu disposición ¡la arena del coliseo! y ganarse la confianza del compañero. Aunque el verdadero valor que nos ofrece Gladiator II es que se cumpla el sueño de Marco Aurelio. Habrá que leer sus meditaciones.